diumenge, d’octubre 28, 2007

DEATH PROOF Y ALREDEDORES

Abans que res, moltes gràcies Hans per passar-te'n i animar el cotarro.

Vamos allá. Releído lo escrito hasta ahora me pregunto: ¿de verdad tengo algo interesante que decir sobre Death Proof? Pues no lo sé, pero como hay que ir acabando con esto, sí podría aprovechar para matizar y añadir algunos aspectos.

Ambos coincidimos en que es entretenida. Eso, que a veces parece consustancial a las propias películas por formar éstas parte de la industria del entretenimiento, no es tan fácil de conseguir. No se da siempre ni con todo el mundo, por mucho que una película, una vez vista, parece que se haya construido siguiendo punto por punto las supuestas reglas que hay que cumplir para entretener a alguien. Además, el entretenimiento es una impresión subjetiva. Por ejemplo, a mí me entretuvo enormemente, me fascinaron durante sus más de dos horas de metraje, hasta el punto de no parpadear y sonreír como un idiota, las imágenes de El sol del membrillo. A mucha gente (obviamente, que no tiene ni puta idea) le parecerá una mierda de tostón, pero a mí no. Ni a ti, que lo sé de buena tinta. Por tanto, Death Proof entretiene, que no es poco. O nos entretuvo a ti y a mí, y nos basta con eso.

¿Pero por qué? ¿Por qué un film que entretuvo a ambos a mí me gusta y a ti no? Recurres al argumento de que Death Proof es un alegato (otro) a favor de la violencia, que se recrea en ella. Sin embargo, sin una violencia que es real, muchísimas piezas de arte que la representan no existirían. Sin guerras, asesinatos, delitos y crímenes en general, la historia del cine (por centrarme en una de las artes) sería muy otra, y hoy no podríamos disfrutar de películas como Paths of Glory, A Clockwork Orange o Barry Lyndon. ¿Es esto malo en sí mismo? En tanto que sólo habría paz, no, pero... ¡me encantan esas películas! El cine sería otra cosa no sólo en cuanto a temática. También el lenguaje sería diferente (y tú serías feliz). Las guerras, las persecuciones, las revueltas populares, las huelgas, con su mismo movimiento interno crearon la necesidad de descomponer esas acciones en planos comprensibles y útiles para que el espectador supiera qué estaba ocurriendo, quién perseguía o disparaba a quién y hacia dónde coño estaban mirando. Además, sin un cine violento Kubrick habría muerto siendo fotógrafo (aunque no en una guerra, claro). Por otra parte, sólo se representaría la belleza, a lo que no me opongo. ¿Hay algo más bello que Mary Elizabeth Winstead de amarillo y con minifalda? Se ha dicho muchas veces: la felicidad y la vida apacible no venden. Aunque estas palabras muy bien pueden haber sido pronunciadas por alguien interesado en vender violencia. Por supuesto, todo esto son suposiciones que me voy inventando sobre la marcha.

En relación a lo anterior, dices que una película debe responder a patrones éticos. También que es una opinión tuya muy personal. Tuya sigue siendo. A mí me gusta el cine por encima de la ética, y el mismo lenguaje del cine consigue que disfrute lo mismo con una película xenófoba como The Birth of a Nation y con el hito de la propaganda nazi Triumph des Willens. Que la moral no te impida apreciar una buena película (con seguridad todo esto que digo tendrá un límite que me hará vomitar, pero hasta ahora sólo siento tal cosa con los telediarios, en especial con el de Canal Nuez). Por supuesto, aunque no sea fácil, hay que procurar distinguir en lo posible realidad de ficción. Con todo esto quiero decir que la violencia en el cine, si es ficción y está bien narrada, me atrae. Si es real, como la de la televisión, me revuelve las tripas y la detesto. Es otra opinión.

Pero bueno, basta de disquisiciones. Pasemos a Death Proof. Ya he dejado claro que me ha gustado. ¿Pero por qué me ha gustado? ¿Qué me ha gustado?

De la primera parte me fascinó que la película se sostuviera casi sin trama, con una mínima anécdota. Todo gira alrededor de los planes para pasar el fin de semana en la cabaña de lago, conversaciones sobre tíos y la apuesta que tiene a Mariposa por trofeo. Y, tratándose de Tarantino, que se recreara tres cuartos de hora sin mostrar una escena violenta. Nuestras vidas son muy parecidas: planes sobre qué hacer el fin de semana, conversaciones sobre (la falta de) tías y apuestas que pueden tener una cerveza por trofeo (no, Mariposa no está con nosotros). Casi oigo decir a Quentin (como antes pensaron muchos): «¿quién me tiene que decir a mí cómo hacer una película y dónde poner los puntos de giro? Además, ¿acaso la vida real tiene trama? Yo hago la película que me da la gana (o que los hermanos Weinstein me dejan hacer)».

Después, sí, viene la secuencia más sangrienta de la película, que revela una recreación en la violencia compartida por Leone o Peckinpah (algo tendrá que ver la presencia de la sangre en el cine a partir de los sesenta con la extinción del Código Hays de censura en 1967).

De una u otra forma, yo quería explicar todo esto aquí. Sin embargo, sobre todo, me he dado cuenta de que los motivos más importantes por los que disfruté de Death Proof son: 1) me encantan las persecuciones y sus posibilidades cinematograficas (Bullitt, Duel), y 2) amo el slapstick. Es diáfana la conexión con las persecuciones, y no hay que escarbar mucho más para encontrar la relación con el slapstick: eran películas donde se perpetraban locuras cometidas por especialistas. Zoe Bell es ella misma una especialista de cine que en mayor o menor medida es capaz de emprender acciones de las que cualquiera de nosotros saldría con una pierna rota o sencillamente sin vida.

Claro que las secuencias de la película se pueden haber rodado con los vehículos a menor velocidad y después haberse acelerado las imágenes en postproducción, claro que tras la cámara habría un equipo sanitario completo por si ocurría cualquier cosa, pero es la misma Zoe Bell quien da bandazos de un lado a otro del capó, con riesgo de caer, es ese afán por captar la realidad, por capturar imágenes que están "bajo control pero no tanto", por difuminar aún más la barrera entre ficción y realidad en el cine, lo que creo que más me atrae del medio. Capturar la vida. Desde una anodina noche de fiesta hasta una trepidante persecución. (¿En qué quedamos? ¿No repudiabas la violencia real? Errr... estooo... ¡viva Hatari!).

Por eso recomiendo a todo el que pase por aquí (y haya llegado hasta el final), y a mí mismo para disfrutarla otra vez, Chasing Choo Choos, de 1927, donde los actores se mueven por encima y por los lados de un tren como Pedro por su casa.

Departamento de frases que se quedan en el tintero: De Death Proof también me gusta que la edición de sonido en la persecución haya dado protagonismo al ruido del motor y de los neumáticos en la banda sonora, como sucede en Bullitt, de la que se dice, por cierto, que persiguiendo esa realidad que buscaban transmitir fue la primera película de la historia grabada con sonido directo.

CÁPSULAS ANTIHORARIAS

Se me había pasado por la cabeza escribir en el mismo día dos o tres posts muy cortos sin ninguna relación entre ellos cuando he recordado que para eso ya inventé un día las cápsulas.

1. Lo mejor de ser un dibujo animado es poder vestir la misma ropa todos los días.

2. Si el Meridiano de Greenwich pasa como quien dice por delante de mi casa, ¿por qué no vivo en la misma hora de Londres? ¿Por qué España, que debería compartir huso horario con el Reino Unido (y con Marruecos), no lo hace? ¿Por qué compartimos hora con Albania, Alemania, Angola, Austria, Bosnia y Herzegovina, Camerún, Chad, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Gabón, Guinea Ecuatorial, Hungría, Italia, Libia, Macedonia, Montenegro, Namibia, Níger, Nigeria, Noruega, Polonia, República Centroafricana, República Checa, República del Congo, República Democrática del Congo, Serbia, Suecia y Túnez (y no sé si me dejo alguno), cuando es evidente que estos países viven en otro huso horario? ¿Cuando es evidente que estos países viven en SU huso horario?

divendres, d’octubre 26, 2007

DEATH PROOF (VERSIÓN ABREVIADA)

ATENCIÓN: nivel total de destripe sobre Death Proof.

Antes de seguir con todo esto de Death Proof mañana (espero), todavía puedo sacarme otro post de la manga para concretar de qué estamos hablando. Más que nada porque esto del cine es uno de los medios / negocios / artes más extraños y fascinantes del mundo. En caso de ser consumido en sala, su lugar natural, el espectador paga por recibir un bien que no ha podido valorar antes de percibirlo (compramos una entrada llevados por deseos y esperanzas que nos han llegado a través de una campaña promocional tendenciosa, de un trailer engañoso, de artículos varios o de recomendaciones de amigos), y salimos del cine no con las latas de película dentro de un saco a la espalda, ni siquiera con un disquito de plástico o dos en el dedo, sino con recuerdos sobre las imágenes y sonidos que acabamos de ver y escuchar, y cada uno con los suyos. Pagamos por una historia, para que nos entretengan, sí, pero también para recibir una experiencia y, sobre todo, para tener recuerdos. Recuerdos modificados por las trayectorias vitales de cada uno y sus conocimientos y opiniones previas.

Dicho esto, recordemos un poco la película en cuestión gracias a unos cachos que he encontrado en el tutubo. Primero, la obertura, con The Last Race, de Jack Nitzsche, como banda sonora.



Tras una intrascendente conversación sobre tíos en el coche, llegan a un bar. Las chicas planeaban un fin de semana "sólo para chicas" en la casa del lago de una de ellas, junto a otras amigas que no llegan a aparecer. En la espera, conocen a Especialista Mike. En concreto, Mariposa, gracias a una apuesta formulada por Jungle Julia en su programa de radio sin la autorización de su amiga.



Mariposa se mueve al son de Down in Mexico, reproducida en la gramola y cantada por The Coasters. Poco después, Especialista Mike revela sus verdaderas intenciones con las chicas.



Acompaña, a petición de Jungle Julia a un programa de radio, Hold Tight. Canta Dave Dee. Sobra decir que después de esto ni fin de semana en el lago ni nada. En la segunda parte, Especialista Mike echa el ojo a otro grupo de mozas bien parecidas (no es tonto, no). Una de ellas, Zoë Bell, ha viajado desde Nueva Zelanda hasta EEUU atraída por un modelo concreto de automóvil, y convence a sus amigas para ir a ver el coche. En estas, Kim recuerda a Zoë que tiempo atrás prometió no volver a hacer jamás el "mástil de barco". Como parece que las promesas están para incumplirlas y la tentación es grande, empieza la acción. Y Especialista Mike se une a la juerga...



[De fondo, Riot in Thunder Alley, de Richie Podolor].



...sin saber lo que le espera. Fin.

PD (28-x): mmm... los enlaces del tutubo dicen que los vídeos están no longer available, pero siguen estando en su sitio:

INTRO: http://www.youtube.com/watch?v=4CVaHEDauAo
BAILE: http://www.youtube.com/watch?v=Hi7Tg-AwRZo
CHOQUE: http://www.youtube.com/watch?v=z9LCLdiuSls
PERSECUCIÓN I: http://www.youtube.com/watch?v=TG3ojzl8wj8
PERSECUCIÓN II: http://www.youtube.com/watch?v=0YwdwjZnnVU

dijous, d’octubre 25, 2007

UNA DE GUSTOS

Tras mi enésimo e infructuoso intento hoy (ayer ya) de colgar el videoclip en Internet para enlazarlo aquí, ya había desistido de actualizar por tercer día consecutivo, pero hete aquí que Hans Werner me ha dejado un comentario esta tarde sobre el para algunos incomprensible post elogioso de Death Proof.

No sabía si responderle hoy, y dejar de lado los planes para esta noche (¡planazo! A elegir entre leer un artículo de Chesterton sobre Watts o el número 24 del tercer volumen de The Avengers, por Busiek y Pérez) para embarcarme en otro mega texto sobre la película de Tarantino y los temas que plantea Hans, o meditar un poco la respuesta, seguir con mis planes, y ya escribir algo mañana (o pasado).

Tras cuatro minutos de reflexión, he optado por una opción intermedia. Un comentarista ávido e implicado como Hans es merecedor de pronta respuesta. De hecho, por ser casi mi único comentarista (no, no soy yo mismo), por haberse diferenciado por méritos propios de esa decena larga de visitantes que pasan sin ni siquiera dejar un "lo que escribes es mierda", tengo que tratarlo bien. Por tanto, escribo un poco hoy y otro poco otro día.

Hans reconoce que definitivamente no entiende mis gustos y que se me ha ido la pinza. Esta creencia no le convierte en un ser especial (aunque otras cosas sí): no es el único que lo piensa. Como la base de todo se halla en mis gustos, delimitémoslos, aunque no le interese a nadie (mas que a mi, quien de esta forma reflexiono sobre mis propios gustos y aprendo lo que me gusta, lo que no, y por qué).

A ver, a mí me gusta de todo. Aunque la historia haya creado cajones y etiquetas para intentar catalogar el slapstick de Keaton, el sentimentalismo de Chaplin, el expresionismo alemán, el MRI consolidado por Griffith, Mary Elizabeth Winstead, el montaje intelectual de Eisenstein, el terror de la Universal, el ciclo de películas noir de la Warner, Mary Elizabeth Winstead, los musicales de la MGM, el neorrealismo italiano, la nouvelle vague, los planos-secuencia de Berlanga, los angry young men, Kubrick, el MRI manierista de Welles y Hitchcock, Mary Elizabeth Winstead, Wilder, los planos-contraplanos centrados de Ozu, los planos de transición de Ozu, los contrapicados de Ozu, la ropa tendida al viento de Ozu, las chimeneas humeantes de Ozu, los postes del tendido eléctrico de Ozu, Mary Elizabeth Winstead, los niños de Ozu, Kurosawa, las botellas de sake de Ozu, las estaciones de tren de Ozu, Rossellini, Whale, Minnelli, Ford, Hawks, Houston, Mary Elizabeth Winstead, Méliès, Coppola, Spielberg, Lean, Ray, Scorsese, Mary Elizabeth Winstead, John McTiernan, Buñuel, Curtiz, Lang, Siegel... al final todo es cine, es imagen, es movimiento, es narrativa, que es lo que en realidad me gusta.

Si con esto no te haces una idea... mis películas españolas preferidas: Plácido, de Berlanga y Los santos inocentes de Mario Camus. Si estiro un poco más: El sol del membrillo y El espíritu de la colmena, de Erice.

En el último puesto: El otro lado de la cama. La prueba palpable de que hay que saber mezclar bien los ingredientes chicas guapas y canciones conocidas. La vi en dvd para hacerme una idea de por qué tuvo tanto éxito y sigue siendo un misterio para mí. Los 100 minutos que perdí viéndola constituyen la experiencia más dolorosa que he vivido como espectador. De verdad que sufrí y deseé que el tormento terminara. Partía de dos premisas débiles: un guión muy conservador que se contradecía con parte del mensaje buenrrollista que pretendía desprender, y... ¿Ernesto Alterio con dos chotas? Anda vete a cagar a la vía, eso no cuela. El otro lado de la cama consigue lo imposible: matar una canción con tanto ritmo como el "Salta!" de Tequila. Esperaba un musical y vi un lodazal. Salvo pocas cosas: a Alberto San Juan, su personaje y "Las chicas son guerreras".

¿Hasta ahí bien?

dilluns, d’octubre 22, 2007

NUEVE. OCTUBRE, 1947

ATENCIÓN: ¡la primera temporada de frenesí actualizador del fin de semana del blog tiene banda sonora! Desciende hasta el final de la página para...

¡NO! ¡La primera temporada de frenesí actualizador del fin de semana finaliza aquí! ¡No desciendas! ¡No actives nada!

Acabemos como empezamos, con el Laisse tomber les filles de Serge Gainsbourg, cantada por France "me perdonan que a veces desafine porque soy muy mona y además deben entender ustedes que el francés es muy difícil de pronunciar y es parte de mi encanto" Gall en 1964.



Fin. No sigan subiendo.

OCHO. DIOS

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¿Alguien niega su existencia?


Yo...


...NO.

Hoy, en El País.

Sigue subiendo.

SIETE. A PRUEBA DE MUERTE

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Se destripa a continuación Death Proof, de Quentin Tarantino. Yo aviso.

Pasan las semanas y sigue siendo la última película que he visto en el cine. De hecho, creo que hasta que Los cronocrímenes no tenga distribución en España (que mira que sabía que este país estaba lleno de gilipollas, pero que ni un solo distribuidor se atreva con ella...) no volveré a pisar una sala.

Death Proof me encantó. No sé si es la mejor película de Tarantino, y creo que tampoco es la que más me ha gustado de él, pero sí es su película más extraña y la prueba de que Quentin no decae. Mientras la videaba no podía evitar pensar además en otra cosa: que el tarantinismo es otra de las muchas ficciones que circulan por el mercado de las ideas. El tarantinismo no existe. Tarantino sólo hay uno y es inimitable... a pesar de que, él sí, imite a mucha gente.

Tarantino ha prescindido aquí de alterar el orden del tiempo en el relato. Nada de flashbacks, nada de esto aquí todavía no ha pasado, nada de varias líneas de acción, nada de repetir acciones desde diferentes puntos de vista. Para una película que pretende ser básica, puro entretenimiento, se ha quedado con lo básico de la estructura: presentar a unos protagonistas y enfrentarlos a un antagonista.

Que tiene dos partes está a la vista. Son dos mitades (de una película que ya es la mitad de otra: Grindhouse) no sólo diferenciadas por el cambio de personajes, sino también por el tratamiento de la acción. En la primera parte uno no sabe muy bien de qué va la cosa hasta el minuto 45. Hasta ese momento, ¡tres cuartos de hora!, ante nuestros ojos se nos desvelan los detalles de las vidas de unas chicas que salen una noche de fiesta. Como tantas otras noches. Como tantas otras chicas. Sólo esta mitad convierte Death Proof en la película más experimental de Tarantino. Arlene/Mariposa, Shana y Jungle Julia sí, están buenas, pero no tienen nada más de especial. No son personajes de pasado oscuro, ni drogadictas, ni tienen relación con la mafia... ni siquiera tienen problemas. Son chicas normales. No dejan de hablar, y la cámara no está quieta ni un momento. Durante la larga conversación sobre todo y sobre nada en el coche, Tarantino y su montadora desde Reservoir Dogs, Sally Menke, juegan con infinidad de ubicaciones de cámara diferentes en el interior del vehículo. En esta parte, ambos disfrutan descomponiendo las acciones y Quentin se ocupa de filmar planos bonitos, de realizar la película más bonita que ha hecho nunca; en esta lista de planos bonitos incluyo aquellos protagonizados por los culos, las piernas y los pies de las chicas, que no son pocos. De hecho, los planos de carne de las chicas tienen a veces más protagonismo que las chicas mismas. Es normal: pronto van a ser descuartizadas, y esos pedazos de carne que ocupan la pantalla es todo lo que quedará de ellas (de quienes, por otra parte, sabemos bien poco). A los tres cuartos de proyección empieza una persecución muy breve, de resultado sangriento y violento. Tanto que sorprende, porque la película no iba por ese camino. Es una muerte de carretera real: sin que te lo esperes, aquí se acaba todo. Y mata a las protagonistas, como sucede en Psycho.

¿Y ahora qué? ¡Personajes nuevos! ¡¡Más chicas!! ¡¡¡Y más jóvenes!!! Éstas también hablan mucho, pero no tanto, y no hay tanta variedad de planos. Recordad la conversación en el bar con las cuatro (Zoë, Kim, Abernathy y Lee) sentadas a la mesa: creo que la cámara no corta en ningún momento. Así, tendríamos una conversación en movimiento fragmentada con cortes, frente a otra conversación estática sin cortes. Una posible explicación: mientras que las primeras chicas terminan con sus miembros diseccionados en la carretera (esa pierna), las segundas acaban la función de una pieza. Las escenas de diálogo de esta segunda parte son diferentes, y también lo es la persecución, muchísimo más desarrollada. ¡¡¡Y qué persecución!!!

Donde antes buscaba una película bonita, ahora se busca el terror, la tensión, el corazón en un puño. La fuente de todo esto no es sólo Especialista Mike, de quien ya conocemos las intenciones, sino, más todavía, eso que hacen las chicas. Al menos eso sentí yo. Desde el momento en que la especialista sale con que le apetece hacer algo llamado "mástil de barco" yo ya estaba sufriendo porque no sabía de qué hablaban y porque seguro que era peligroso. Y tanto que lo es. Hasta que lo descubrimos, van creando una expectación recompensada con creces, con algo jamás visto. Aunque no las persiga aún el Kurt Russell, sufro porque están haciendo una cosa peligrosísima. Los asientos, además, no tienen reposacabecas.

Pero cuando aparece el maníaco... y las persigue... y le disparan... y le persiguen ellas a él... Eso no tiene precio. Emociones como éstas son el mejor argumento a favor de ver las películas en sala de cine. Me lo pasé en grande. (¡¡¡Quiero ver Bullitt en pantalla grande!!!).

Aparte, está todo lo demás. Desconozco totalmente las referencias que cita Tarantino a lo largo del film. Bueno, sí veo mucho de Peckinpah. Lo de los homenajes está muy bien, igual que ese rollo de que "Grindhouse es un esfuerzo por reconstruir las condiciones espectatoriales de los cines de doble sesión" de hace treinta años, pero a la hora de la verdad una película debe sostenerse sola. Tiene, creo, más valor aquello que se ve en la pantalla. Y lo que se ve es un ejercicio metalingüístico que más que referirse a una forma de consumir cine se refiere a una forma de mostrar el cine. En vez de seguir una vez más los dictados del Modo de Representación Institucional (MRI; el lenguaje cinematográfico consolidado en los años 30-40-50 y vigente hasta nuestros días que, si bien no lo conocemos todos, sí todos hemos asimilado y reconocemos), se los salta de vez en cuando para pasárselo bien, de la misma manera que se lo pasa bien acercando la cámara a los culos y a los pies de las chotas.

Así, tenemos zooms que no vienen a cuento, escenas interrumpidas (el baile de Mariposa), planos alargados innecesariamente, una bobina en B/N, fallos de sonido, música melodramática introducida con calzador cuando Jungle Julia envía un SMS (¿no estábamos en los setenta?), un final totalmente forzado, sin epílogo de ningún tipo... ¿Pero esto dónde se ha visto?

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dissabte, d’octubre 20, 2007

SEIS-MO. DECADENCIA REDUX

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¡¡¡HA, HA, HA, HA, HA!!! ¡¡Nuestro avance es imparable!! ¡Pronto la Humanidad sentirá en sus carnes la grandeza del Pueblo de Subterránea!

Creen que un poco de agua nos va a detener. ¡Cuán enorme es su ignorancia respecto de nosotros! Poco imaginan que el entrenamiento de la milicia del subsuelo tiene por escenario lugares considerados abominables por la raza de la superficie.

¡El Sol nos recibe! ¡¡Seguid avanzando!! ¡¡¡Continuad con la destrucción!!!

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CINCO. FICCIONES VIOLENTAS

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«En cualquier lugar del mundo las fronteras generan violencia, la violencia fomenta la aparición de vallas y, ocasionalmente, las vallas se convierten en muros. Es entonces cuando la gente reacciona, porque un muro transforma una distinción legal en un puñetazo visual en plena cara. Al parecer nos encantan los muros, pero también nos incomodan, porque dicen cosas negativas sobre nuestros vecinos, y sobre nosotros mismos. Se construyen por dos motivos: el miedo y el afán de control».

Firma Charles Bowden en el número de mayo de National Geographic.

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CUATRO. L.U.C.A.

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Hace un par de semanas, leyendo los artículos que sobre el exterminio por parte del ser humano de la fauna subacuática mundial había preparado National Geographic para su número de abril, y observando la mirada del pez espada vuelto del revés, ese ojo dirigido al lector en busca de culpables, me asaltó una revelación.

La sangre caliente que circula por el cuerpo de atunes y peces espada es la misma que corre por mis venas.

Si bien no somos lo que se dice hermanos, todos los seres vivos del planeta somos primos lejanos, ramas del mismo clan que forman familias, se mudan a otros lugares, echan raíces y dejan de visitarse, hasta que pasan los años y llega un día en que dos personas, con los mismos antepasados, se cruzan en la acera sin saber que sus respectivas existencias se remontan a una misma madre décadas y siglos atrás.

La misma idea intenta ilustrar el siguiente cuadro, publicado en el número de junio:

En el centro, L.U.C.A.: Last Universal Common Ancestor.

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TRES. OBSERVACIÓN

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En el "mes Demon" de Planeta/DC la figura que acompaña la lista de novedades es...

...¿Robin?

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DOS. PREGUNTAS

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Pregunta número uno: ¿por qué después de realizar una llamada veo en la lista de llamadas que el número al que he marcado me aparece asociado ya a un nombre a pesar de no haber introducido dicho número en mi agenda?

Pregunta número dos: ¿por qué las alarmas de los despertadores suenan cada nueve minutos?

Pregunta número tres: ¿quién fue el primero en pronunciar la expresión "pareces un disco rayado"?

Pregunta número cuatro: ¿por qué todos los libros que tengo en inglés, de editoriales diferentes, tienen el texto del lomo orientado para ser leído con la cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha y los libros editados en este país no parecen seguir ningún acuerdo, ni siquiera dentro de la misma editorial? (Esta cuestión en concreto me toca las pelotas).

Pregunta número cinco: ¿por qué la mayoría de los libros que tengo en inglés empiezan a numerar las páginas a partir de la primera página de verdad del libro y en España se empieza a numerar desde la primera página encuadernada? Se dan casos de ir por la página 88, por ejemplo, y creer por un momento que ya has leído un cacho cuando en realidad las primeras 70 páginas o están en blanco o son una introducción.

Sigue subiendo.

UNO. RECUERDO SATISFACTORIO

Entre semana me resulta imposible actualizar (falta de tiempo, falta de ganas), y para dar salida a los posts que quieren pero no pueden salir al día, queda inaugurada la primera temporada de frenesí actualizador del fin de semana. Espero que no se repita. Veamos qué sale.

Primero, la banda sonora del frenesí. Chick Habit, versión de April March sobre el Laisse tomber les filles de Gainsbourg.



La sala vaciándose y la película vista.

dilluns, d’octubre 15, 2007

LOBEZNO DE DAVID AJA

Alejemos el rencor de nuestra vida diaria y permitamos que los buenos sentimientos nos invadan. (Comprobado: el cabreo reduce las defensas del organismo, expuesto a la amenaza constante de los virus y el frío. Resultado: resfriado).

El sábado me llevé una alegría en el quiosco. No estaba el último número de 52*, pero encontré esto:

«¡Hala! ¡Qué portada más molona! ¡¡Y dibuja David Aja, que resulta que ha nacido en la misma península que uno!! Pa' la saca».

Para no parecer tan impulsivo como un comprador patológico de tebeos, lo abro y lo hojeo. Salvo Origins, no he seguido ninguna colección de Lobezno (bueno, algún número suelto), y no me apetecía comprar un número que formara parte de una historia mayor. «Es un especial. Y parece una historia autoconclusiva. Tiene buena pinta».

«Sí que es él: el dibujo se parece al del Daredevil Vol. 2 #88. Y... no me lo puedo creer: ¡¡un artículo DE TRES PÁGINAS sobre el dibujante!! Pues no ha llovido desde que no veo semejante derroche de páginas en un solo artículo. Esto cae. Escribe David Lapham, que no me ha dejado pero ningún buen sabor de boca tras su miniserie Daredevil vs. Punisher: Means and Ends (aunque será cuestión de echar un vistazo a su Stray Bullets para formarme mejor opinión del chico), publicada por Panini a traición en los números 14 a 19 del actual volumen de Daredevil, pero David Aja y el artículo compensan de sobra».

La historia parece un cruce entre Hellboy pero con personalidad y un cóctel descafeinado de Expediente X. El guión no es nada del otro mundo, pero el dibujo merece la pena.

Todo esto me lleva a pensar: ¿qué pasaría si de la noche a la mañana las editoriales volvieran a editar bien? ¡¡Sería la ruina de los lectores!! Por favor, seguid como hasta ahora. Que este número de Lobezno sea recordado como una excepción.

* Que, por otra parte, parece no haber llegado todavía a ningún sitio. Con lo bien que funcionó la distribución durante el temido verano, ¿a qué se pueden deber los retrasos de las últimas semanas? (Sé que a nadie le interesa, pero servidor es quien ha aceptado la propuesta de avisar cada vez que un ejemplar de 52 llega a Gandia. Se trata de mi buena acción anual).

divendres, d’octubre 12, 2007

EL DÍA DE LA RAZA

Hasta no hace mucho más de una década me preguntaba si España no tenía también un día de fiesta nacional. Mi ignorancia respecto de las fiestas es antológica; de hecho, me la sudan casi todas, y odio la mayoría. Como ejemplo de mi incapacidad para recordar las festividades, desvelo aquí que de pequeño tardé años en saber qué iban antes, si la semana santa o las fallas de mierda (reservo a las fallas el más pútrido rincón de mi agriado corazón, y creo que moriré guardando para ellas el sentimiento más profundo y sincero que hay en este mundo: el desprecio).

Y yo pensaba que España no tenía fiesta nacional porque uno, es lo que tiene nacer en la colonia, crece viendo y leyendo ficción estadounidense, en la que, junto a la Navidad y el Día de Acción de Gracias, no falta la escena con los castillos de fuegos artificiales de la noche del 4 de julio. También en julio, pero el 14, celebran los franceses su día. Así que cuando me enteré de que para fiestas nacionales teníamos que conformarnos con el 12 de octubre, no pude evitar la decepción. ¿Éste es el gran día? ¿Dónde están las barras y estrellas? ¿Dónde está la Marsellesa? No están, las tienen otros (como siempre con todo). ¿Me estás diciendo que no voy a poder escuchar el único himno que me gusta del mundo, ése que me eriza el vello de los brazos cada vez que veo la escena del duelo de himnos en el café de Rick? (De acuerdo, La Marseillaise es un himno sangriento, pero al menos no dice nada de qué bonita y hermosa es Francia, ni qué buenas son sus gentes ni sabrosos sus vinos, ni aromáticos los quesos ni chorradas tipo esta tierra es la mejor porque tiene mucha luz, más colores que el arco iris y las florecillas me envuelven que dan ganas de vomitar).

Lo mejor es el día elegido. Si el 4 de julio (Independence Day) conmemora el día que los estadounidenses se independizaron del Reino Unido y nacieron como Estado; y el 14 (Fête de la Fédération) el día que simboliza la caída del Antiguo Régimen para los franceses; si el 2 de junio (Festa della Repubblica) los italianos recuerdan aquel día de 1946 en que celebraron referéndum para elegir entre monarquía o república; y el 10 (Dia de Portugal) los portugueses rinden honores a la muerte de Luís de Camões, poeta del XVI que narró la historia del país; si el 3 de octubre (Tag der Deutschen Einheit) es la reunificación de las dos Alemanias; ...nosotros vamos y elegimos el día que invadimos otro mundo y vimos la oportunidad de largarnos de aquí. Estupendo. Muy español. Así se hace país.

Ya puestos, podríamos seguir celebrando el 18 de julio o el primero de abril, que tanto da. O, incluso, oye, el 31 de marzo. ¿Por qué no? ¿Y qué me decís del 4 de abril (o el 9, que no me queda claro)? Cualquiera de ellos podría valer para un hipotético Día de la Estupidez Española. Más patrio que eso no hay ná. Y digo yo: ¿por qué quedarse en un día? ¿Por qué no aprovechar que caen juntitos y decretar del 31 de marzo al 9 de abril la Semana de la Estupidez Española, con fastos por todo lo alto?

¿Desde cuándo una fiesta que se pretende nacional es también celebrada en otros países, como ocurre con el 12 de octubre en media Hispanoamérica? ¿Pero eso qué mierda de día nacional es? ¿Por qué coño no se celebra el 6 de diciembre, día del referéndum de la Constitución? Mi no entender.

De verdad, aquello de lo que más me avergüenzo en esta vida es de que mi carnet de identidad indique que tengo nacionalidad española. Se me encoje el pecho y se me revuelve el estómago cada vez que lo pienso. Mi arrepentimiento no sería menor de tener otra nacionalidad, pero al menos las que que tenemos alrededor tienen días nacionales, a mi juicio, mejor elegidos (y banderas potables y hasta bonitas, de paso). Es que aquí parece que estemos buscando siempre la yugular.

Lo peor de todo es que las naciones son un invento. Existe el territorio, existe la gente, existen los idiomas y hasta las tradiciones, mal que nos pese, pero las fronteras son pura ficción. Ficciones que construyen el concepto del otro, un concepto mental que no conduce a nada bueno. Y España la inventó un malnacido con ganas de pelea. Porque España no existe, ¿sabéis?

dimecres, d’octubre 10, 2007

¡SEAMOS LEYENDA!

42%

100% Free Personals from JustSayHi

Yo, por si acaso, he vuelto a correr.

diumenge, d’octubre 07, 2007

HISTORIA A GRITOS

Mi familia tiene una especial habilidad para desaparecer las mañanas de los sábados y dejarme solo con mi abuelo, que no tiene nada mejor que hacer los fines de semana que venir a vernos. Ayer, poco antes de las 11, ya había desaparecido todo el mundo; incluso mi padre, su único hijo. Y yo estaba solo.

Empezó como quien no quiere la cosa, con una pregunta de lo más inocente por su parte: «¿Cómo está eso de la quema de fotos del Rey?». Agotados los temas del teléfono móvil desde que se lo cambiamos por otro que escucha mejor, y el del cinturón de la hernia que quería que le reparásemos, de vez en cuando sale con lo de que Zapatero es un bandolero que va a llevar a este país a la ruina para vengarse de la muerte de su abuelo en la guerra. Le respondí que por mí pueden hacer lo que quieran. En la cabeza tenía una respuesta más larga, pero cuando uno habla con mi abuelo aprende a sintetizar el mensaje al máximo, para que llegue al destinatario con el menor número de repeticiones posibles.

La respuesta larga: quemar una imagen, quemar una bandera, no significa nada más que lo que es: quemar un papel, quemar una tela. Mientras no maten ni quemen aquello que representa, no debería ser delito. Igual que los partidos políticos son el cáncer de la democracia, las banderas son el cáncer de las naciones. En este sentido, no sólo deberían derogarse los artículos 490.3 y 491, de calumnias e injurias contra la corona, sino también el 543 del Código Penal, sobre los emblemas de España y sus CCAA.

Para mi abuelo, por supuesto, la culpa de todo la tiene Zapatero. Y antes que él, los socialistas. Y antes que él, los marxistas. Para mi abuelo el comunismo es algo que debería estar prohibido, exterminado de la faz de la Tierra, porque es un sistema, sí, muy bonito, pero que sólo trae (o ha traído) miseria. Para él, la prueba de que el capitalismo es mejor que el comunismo es el hecho de que en Rusia sólo ha durado 70 años mientras que EEUU lleva más de un siglo sirviendo al capital. Es un argumento. Falaz y ciego, pero argumento.

Mi abuelo se iría antes con los estadounidenses que con los comunistas. Yo no me iría con nadie, pues ambos sistemas se basan en la opresión y la destrucción. Sólo por haber lanzado no una sino dos bombas atómicas, EEUU es un estado criminal. Y decir que no había otra solución no justifica nada. El hecho de que EEUU haya entrado tarde en ambas guerras mundiales, cuando los ejércitos de uno y otro bando estaban lo suficientemente debilitados como para que el suyo, fresco, nuevo y con mejores armas, pareciera el salvador venido de ultramar, es indicativo de su oportunismo. La implosión de Europa y el avance del nazismo le importaban tanto como una mierda de mosca, pues EEUU se preocupa y siempre se ha preocupado por su propio beneficio. Si Truman hubiera sido condenado a 20 años de prisión como otros criminales nazis yo no tendría tantos motivos para quejarme. Pero eso no sucedió.

Mi abuelo luchó con los nacionales. Aunque de pequeño pudiera tener esa imagen maniquea de que un abuelo mío luchó con los buenos y el otro con los malos, ahora es algo que no le reprocho. En una guerra, es más el bando el que te elige a ti que tú quien elige al bando. Es una situación límite de la que si sales vivo ya has hecho bastante.

Es evidente que yo no estaba allí, y mi abuelo me lo recordaba mientras más o menos defendía a Franco. Me explicó que Franco había conquistado parte de África, y que eran tan pocos que jamás habrían ganado de no ser por la desorganización del otro bando. Tal vez sea esto otro mito, tal vez no. Mi abuelo lo repite: mientras los nacionales avanzaban, los rojos estaban de juerga, comiendo y bebiendo. A mí me suena a propaganda. Después de la victoria del Movimiento, dice, las cosas se le fueron de las manos.

Mentó a Franco porque poco antes había dicho, a raíz de las fotos del Rey, que la II República fue un desastre, y que ahora estamos demasiado bien como para pedir más cambios. No le faltará razón, pero no tenemos que agradecer nada a Franco. Por supuesto, yo «no estaba allí». Levantó el país y todo lo que él quiera, pero, y ésta es una pregunta que se le puede hacer a cualquier sistema de gobierno, constitucional o dictatorial, ¿vale la pena nuestro bienestar a costa del malestar de otra gente? ¿Vale la pena apoyar lo que tenemos si lo que tenemos es a costa del peor-estar, del mal-estar o incluso del no-estar de otros pueblos? Respuesta corta: no.

El nazismo llenó Alemania de autopistas y promovió una campaña agresiva contra el tabaquismo. Hitler era vegetariano estricto y repudiaba el maltrato a los animales. ¿Estos hechos por sí solos convierten al nazismo o a Hitler en algo bueno? Por supuesto que no.

Aquello que más me fascina es ¿qué lleva a la gente a apoyar unas cosas u otras? Por ejemplo, ¿qué ha llevado a mi abuelo a afirmar que Manuel Azaña era inteligente pero malvado? El artículo de la enciclopedia del País sobre Azaña podría resumirse como la vida de un escritor a quien el traje de político le venía grande, cuyas medidas causaron descontento popular pero que aglutinó a las izquierdas en su segundo mandato. De forma tácita, mi abuelo defiende el bipartidismo, pues no está de acuerdo con que el principal partido de izquierdas, a pesar de no haber ganado unas elecciones, obtenga el poder con la ayuda de los partidos pequeños. Y, por consiguiente, robe un gobierno a la derecha. Es una forma de verlo.

La base de todo es que nos encanta descubrir crímenes y errores del adversario. Aprendemos a ridiculizar al otro sin que nos parezca mal. El problema es que los crímenes del capitalismo, como son nuestros y ocurren lejos, no los vemos. Pero existen y son igual de reprobables. También, son tan grandes que nuestra vista no los abarca.

Este verano vi un anuncio de Dexia, una compañía financiera franco-belga, en una cadena de televisión británica o americana (voy cambiando y no recuerdo dónde veo los anuncios). Me gustó el eslogan: «Short term has no future» (el corto plazo no tiene futuro). El beneficio rápido propio del capitalismo es incompatible con el planeta. Uno de los dos tiene los días contados. Y nosotros estamos en medio.

PD: en resumen, fue una mañana bastante animada. En esta ocasión, como estaba hablando a gritos con mi abuelo, no tuve necesidad de repetirle nada, y casi parecía que, por primera vez, estábamos hablando de verdad.

divendres, d’octubre 05, 2007

DECADENCIA. PRÓLOGO

¡¡¡HA, HA, HA, HA, HA!!! ¡¡Por aquí, mis legiones!! ¡Contemplad cómo el asfalto se dobla ante nuestra grandeza!

¡Alzaos, milicia del subsuelo! ¡Elevad vuestros ojos, atreveos a abrirlos y observad la tierra de promisión que nos aguarda! ¡No temais a la luz, pues ella iluminará nuestro camino! ¡Que el astro rey nos indique el sendero de destrucción!

En el presente momento, declaro este lugar como el inicio del renacer. Corred, dispersaos desde el que será conocido como vórtice del sumidero de Occidente. ¡Occidente debe caer! ¡Occidente caerá! ¡Y su hundimiento comienza ahora! ¡Aquí!

¡Que unas miserables cercas de plástico no detengan vuestro avance! ¡Destruid! ¡¡Destruid!! ¡¡Que la raza humana aprenda a temer la llegada de Ella, la Gran Lombrith!!

[Agradecimientos: la fuerza de unos valerosos litros de violenta lluvia, sumada a la providencial acequia que fluía bajo el asfalto sin que nadie recordara su existencia fueron necesarias para la realización de este post].

dijous, d’octubre 04, 2007

LA GUERRA ZETA-YPSILON

Es que... casi tres semanas sin Internet y tenían que coincidir con el tiempo en que ha podido verse en el youtube el documental de Steve Ditko. Asco de vida. Ahora que contamos con router nuevo, volvamos a la carga.

Se me ocurrió hace tiempo. Me di cuenta de que todos los presidentes electos de la democracia (o lo que sea que tenemos) cuentan con una Z en ambos apellidos. Aquí la lista:

1. Adolfo SuáreZ GonzáleZ (1976-1981)
2. Leopoldo Calvo Sotelo (1981-1982)
3. Felipe GonzáleZ MárqueZ (1982-1996)
4. José María Alfredo AZnar LópeZ (1996-2004)
5. José Luis RodrígueZ Zapatero (2004-)

(Calvo Sotelo no cuenta porque no salió de unas elecciones generales).

Me resulta curioso. Primero porque en mi familia no hay apellidos con zeta, y a primera vista me parece que no abundan tampoco entre los apellidos valencianos (sí, por supuesto, en los traídos por los castellanos).

Estadísticamente, supongo que en España habrá muchísimos patronímicos con la terminación -ez, y que no debe ser tan raro que los presidentes cuenten con esa letra en sus apellidos (¿pero todos?). Por otra parte, me gusta imaginar que existe algún tipo de regla en nuestra lista de presidentes, que los jefes de gobierno pertenecen a una oscura y atávica organización parecida a un "club de los presidentes" o incluso a un hipotético "club de los Zetas", con lemas como «los últimos serán los primeros», «¡vivan los Zetas!», «¡Zetas al poder!», «¡Zetas, reuníos!», «rezeteando el mundo desde 1976», «¡Heil, Zeta! ¡Borra una Zeta y otras dos ocuparán su lugar!»... o cualquiera que se os ocurra. Al menos a mí, me tranquiliza pensar que Mariano RajoY BreY no forma parte de este grupo y por eso jamás gobernará. (A no ser, claro, que el "club Ypsilon" conspire en la sombra para derrocar a los Zetas). En cambio, el tantas veces alejado por los suyos del camino a la Moncloa Alberto RuiZ-Gallardón JiméneZ sí formaría parte de él (sí, Gallardón no es el segundo, aunque lo parezca).

La respuesta, dentro de unos meses o de unos años.

PD: por cierto que Eduardo Zaplana HernándeZ-Soro también entra dentro de esta quiniela. ¿Casualidad? Miedo me da.