dissabte, d’octubre 20, 2007

CUATRO. L.U.C.A.

ATENCIÓN: ¡la primera temporada de frenesí actualizador del fin de semana del blog tiene banda sonora! Retrocede tres casillas para activarla.

Hace un par de semanas, leyendo los artículos que sobre el exterminio por parte del ser humano de la fauna subacuática mundial había preparado National Geographic para su número de abril, y observando la mirada del pez espada vuelto del revés, ese ojo dirigido al lector en busca de culpables, me asaltó una revelación.

La sangre caliente que circula por el cuerpo de atunes y peces espada es la misma que corre por mis venas.

Si bien no somos lo que se dice hermanos, todos los seres vivos del planeta somos primos lejanos, ramas del mismo clan que forman familias, se mudan a otros lugares, echan raíces y dejan de visitarse, hasta que pasan los años y llega un día en que dos personas, con los mismos antepasados, se cruzan en la acera sin saber que sus respectivas existencias se remontan a una misma madre décadas y siglos atrás.

La misma idea intenta ilustrar el siguiente cuadro, publicado en el número de junio:

En el centro, L.U.C.A.: Last Universal Common Ancestor.

Sigue subiendo.