«Corresponde a los créditos del número 5 del cuarto volumen estadounidense de Green Lantern, personaje de la editorial DC, con fecha de portada de noviembre de 2005, según la adaptación publicada aquí en el número 3 de Green Lantern Especial, del pasado mes de febrero. En este caso, la empresa italiana Magic Press S.r.l., encargada de la realización técnica de esta serie, optó por una solución rápida, elegante, discreta y respetuosa como es la de mantener el diseño original del título, y añadir su traducción en un pequeño recuadro de texto en su parte superior, sin que la ocultación resultante de parte del dibujo resulte en ningún caso molesta ni agresiva. La colección Green Lantern Especial duró cinco números, que recopilaron los primeros nueve episodios del último volumen de Green Lantern. El pasado junio, Planeta recuperó el personaje de nuevo, pero esta vez bajo una nueva cabecera compartida con otro personaje de la editorial DC, Green Arrow. El cambio también supuso la sustitución de Magic Press S.r.l. por 9 Letras, responsable, como se ha visto, de la adaptación del último título de Superman y motivo, en última instancia, de esta disertación. Por supuesto, el cambio fue pronto y evidente».
«Pero detengámonos una vez más en la labor de Magic Press S.r.l., pues tanto el título del número 5 como los del resto de la colección incluyen el siguiente detalle, verdaderamente curioso de ver en el mercado español:».
«Se trata de los nombres de los editores de la edición estadounidense. Nunca jamás con anterioridad había visto acreditados a los editores originales en una edición española. No digo con esto que jamás se haya hecho, sino que, en caso de haberse hecho alguna vez, sin duda se trataba de una actividad muy poco extendida. Muy poco extendida aquí, que no en Italia, como puede verse en esta imagen extraída del número 129 (!) de Devil & Hulk, del mes pasado, que incluye el número 89 del actual volumen de Daredevil, que Panini no publicará en España hasta el mes que viene».
«Magic Press S.r.l. es italiana, claro. Ya saben lo que dicen: "de raza le viene al galgo". Ahora voy a pedirles, señores y señoras del jurado, a la sala entera, y a usted, señor juez, un ejercicio de imaginación. Soy consciente de que ninguno de ustedes, ajenos al mundo del cómic, se hallaba, hasta hace pocos días, alertado por los problemas que estoy exponiendo aquí a la luz pública; puede, incluso, que todavía haya alguno de ustedes que no advierta aún la raíz de este alegato y que siga sin ver, por tanto, problema por ninguna parte. Es por ello que he intentado trasladar el asunto a una realidad que espero les sea más cercana. Contemplen por favor esta obra maestra de los títulos de crédito, a cargo de Saul Bass».
«E imaginen a continuación, por un momento, la existencia hace 47 años de Planeta DeAgostini, que esta empresa hubiera adquirido para España los derechos de distribución de Psycho, y que hubiera encargado a 9 Letras su adaptación. El resultado, que hubiera sustituido la secuencia entera de Bass, se habría parecido a lo siguiente».
«¿Aterrador, verdad? Por supuesto, la mención a cualquier productor sería omitida, igual que tampoco se acreditan a los editores de cómics. Porque, es mundialmente sabido, un productor no tiene opinión en el resultado final de una película».
El suelo bajo nuestras ciudades es el excremento sobre el que se asienta Occidente. Para horadarlo, ventilarlo y facilitar la acción de las bacterias y el resurgimiento de la vida y la razón llegará un día la Gran Lombrith, oxigenadora de Subterránea. Mientras Occidente se expande, se debilita y desaparece, hasta el Día del Último Suspiro, entreteneos con las alucinaciones del primer profeta de su llegada, el Senador Lombrith.
Como lombriz, estoy destinado a ocupar el tiempo en mi agujero, leyendo novelas, tebeos, libros de cuentos, estudios sobre cine, algún ensayo que otro, viendo películas, tanto largometrajes como cortometrajes, de ficción o documentales, siguiendo series de TV (amando el formato) y, de vez en cuando, escribiendo algo, imaginando que yo también podría hacer algo para devorar los cerebros de la gente y convertir esta sociedad en otra todavía más apática.
Tras Valencia y Gandia, Benirredrà: gran infancia. Huyendo de un viejo agricultor por los huertos, hinchándonos a mandarinas, construyendo una cabaña tras otra, colándonos en obras, subiéndonos a árboles, escalando montañas, entrando en cuevas. Así se educa a un niño, pero no a un adulto, por lo que desconozco muchas normas de la vida en sociedad. Cuando no me siento parte de ella, prefiero vivir en suciedad, como lombriz y como niño. (6-III-2006).
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