dilluns, de gener 07, 2008

LONG LIVE THE STRIKE!

Ya pasó. Pasaron estos días en los que los enajenados compiten por demostrar mediante el consumo desaforado quién odia más al planeta. Casi dan envidia esas familias felices de las sitcoms, con sus miembros abriendo la pila de regalos a la vez. ¡Pero no! ¿Por qué comprar todos al compás en vez de cuando es necesario? ¿Por qué pagar más antes por lo que ahora es más barato? ¿Por qué regalar colonia a los viejos? A esa forma de vida, por muchos colorines y por muy alegre que parezca, ¡el tío Scrooge del siglo XXI le dice no! Yo me quedo con mi familia disfuncional.

Hoy se cumplen nueve semanas desde el inicio de la huelga del sindicato de guionistas de Estados Unidos (WGA) y, la verdad, no entiendo a aquellos que se estiran de los pelos porque ya no pueden ver más episodios de la/s serie/s que estaban siguiendo. Para mí es una fantasía que imaginé en el instituto hecha en parte realidad: la interrupción de la producción mundial de novelas, cómics y entretenimiento audiovisual en general durante al menos un año para poder ponerme al día.

¡El mundo se ha parado! ¿No es maravilloso? (de hecho, la velocidad de rotación de la Tierra es cada vez menor) Se acabó el seguir una o varias series semanalmente, se acabó el impulso de descargar el episodio pocas horas después de su emisión original en EEUU. ¡Sois libres! ¿No os dais cuenta de lo que eso significa? Olvidaos de las series de estreno, dejad de lado la actualidad, ¡aprovechad la huelga para ver esas obras de arte modernas de la televisión que el resto de series no os dejaban tiempo para ver!

Es lo que estoy haciendo yo. Al menos hasta que vuelva Lost el último día del mes. Me recomiendan Heroes (1ª temporada), Dexter, Prison Break, Carnivale... pero no me interesa conocer nuevas series. Estoy recuperando los episodios de The West Wing (El ala oeste de la Casa Blanca) que ya vi hace años por TVE desde el principio, en inglés, sin cortes y cuando yo puedo o cuando a mí me apetece o me da la gana. Voy por la segunda temporada y es una serie estupenda. ¿Por qué? Porque sí. Porque es emocionante, porque los actores están impecables, porque no tiene ni siquiera un bajón de ritmo y por sus larguísimos planos de seguimiento por los pasillos (alucinantes).

Voy alternando The West Wing con Curb Your Enthusiasm, que La Sexta emite con el título de Larry David pero a la que yo prefiero traducir como Mengua tu entusiasmo. Ésta no la descubrí a través de la TV, cosa imposible, sino porque hace años me enteré de que el cocreador de Seinfeld (otra para revisitar o descubrir en este tiempo de huelga) había empezado otra serie. Cada temporada es de diez capítulos, y no todos los años estrena temporada. Es un ritmo ideal: ¡más facilidades imposible! Oigo voces que me dicen que no les gusta Seinfeld... y yo no las entiendo, porque es la sitcom más perfecta que se ha realizado jamás. Tampoco tengo que entenderlas. Lo que sé es que sólo he visto una temporada de Mengua tu entusiasmo y me encanta. Y que con seguir dos series a la vez ya tengo suficiente.

Mis planes futuros en lo que respecta a ver series se centra en aquellas que los horarios de emisión y quehaceres varios se encargaron de que las abandonara por el camino: The Sopranos, Six Feet Under, The X Files, Friends... serán completadas un año de estos.

Con paciencia. Porque, aunque no lo parezca, hay otras cosas más importantes que las series de TV. Por ahora, me alegro de que siga la huelga, de que el mundo descubra la existencia de los guionistas, de que peligre la entrega de los Globos de Oro de este domingo e incluso la ceremonia de los Oscar el mes que viene. ¿Que no habrá premios ni dinero por los derechos de emisión? Que se jodan.