Estoy un día sin escribir y pierdo el hilo. De repente, muchas de las frases pendientes me parecen superfluas, además de que he conseguido contagiarme del hartazgo que intento transmitir sobre esta cuestión. Espero que esto le esté pareciendo interesante a alguien. Vamos a ver si rematamos el asunto.
PREVIOUSLY ON LET YOURSELF FALL: el viernes pasado llevaba unos días sin postear y, alterado por los comentarios del post de UTCON del día 10, durante el fin de semana me puse a intentar explicar por qué las ediciones de DC actuales de Planeta no me parecen buenas, independientemente de que uno pueda exponer los motivos que quiera para comprarlas, o no exponer motivo alguno. Lo que empezó como un post muy tonto se ha convertido en un ensayo que alcanza ya las cinco partes. En la de hoy pretendo aclarar que todo esto no es un ataque a Planeta, sino más bien una llamada de atención para ayudarla a superar el bache que han supuesto los últimos dos años. Parece que soplan vientos de cambio.
El punto clave de todo es que Planeta no empezó mal editando DC. Tenían muchos y muy importantes elementos en contra, como el hecho de haber dedicado más de veinte años a educar a unos lectores para que leyeran Marvel, lectores que se fueron de la mano con un puñado de sus colaboradores hacia Panini. Sin embargo, Forum no desapareció del todo en enero de 2005, sino que se reservó la marca en exclusiva para las colecciones de Conan, y Planeta estaba tocada pero seguía siendo la misma: una editorial con más de dos décadas de experiencia en la edición de cómics y llena de profesionales.
Cierto es que por entonces servidor estaba más pendiente de Panini y que no me interesaban demasiado los productos de la nueva Planeta. No me interesaban los contenidos, pero yo daba por supuesto que aquello que publicaran lo editarían igual de bien que habían editado Marvel en los últimos años. Después de todo, sí que existía una masa de lectores de DC, ya fuera a través de Norma, de Vid o de Zinco, que pedían un abaratamiento de las ediciones y el regreso de la grapa, y se esperaba que fuera Planeta la que reconvirtiera a DC en un producto popular. Y que lo hiciera bien. Panini era la nueva, Panini era la editorial sin experiencia en España, estábamos asistiendo a la primera transición editorial en 23 años y la expectativa era enorme.
Repito: centré mis ojos en la labor de Panini porque di por supuesto que Planeta seguiría editando como hasta entonces. Y lo poco que he visto de aquella primera Planeta/DC de 2005 y principios de 2006 no me ha defraudado. Ahí quedan el Batman: Año Uno y La saga de Ra's al Ghul, o el tomo Batman: The Cult que hojeé hace poco en una librería, o los dos bonitos volúmenes de DC: The New Frontier que me dejó un amigo el fin de semana pasado. Incluso el formato Clásicos DC (CDC), que Planeta se sacó de la manga a finales de 2005 y que estrenó con CDC: El cuarto mundo de Jack Kirby, CDC: Nuevos Titanes y CDC: JLA/JLE, servía para mantener el espíritu de las Bibliotecas Marvel (BM) y competir contra algo que ella misma había consolidado en el mercado. Si una editorial tiene éxito con un formato, es natural que otra editorial (en este caso la misma) introduzca un formato similar para competir. Otra cosa son las páginas borrosas, por las que no se puede culpar al formato.
La caída de Planeta no siguió a la pérdida de derechos de Marvel. En realidad sucedió al año siguiente, en 2006, y desde entonces algunos lectores no han visto o no han sabido ver los defectos en sus ediciones, defectos surgidos no se sabe bien de dónde y que antes la editorial no cometía. Por desgracia, la atención de un lector de cómics de superhéroes está dirigida hacia los títulos que lee cada mes o hacia las novedades que saldrán en los meses siguientes. El lector de cómics de superhéroes siempre pide más y nunca tiene suficiente. Pocas veces nos queda tiempo para repasar las antiguas ediciones que vamos acumulando, porque son el pasado, ya las hemos leído, no son noticia.
Por muy ligado al presente que esté el lector de cómics de superhéroes, por mucho que proyecte su interés hacia el futuro, el tiempo pasa, y aquello que vamos comprando, leyendo y colocando en los pocos huecos que nos queden se convierte en testimonio de un pasado. Si hay alguien leyendo esto y que haya coleccionado superhéroes en los últimos años, le pediría por favor que rescatara un comic book cualquiera de Forum de sus estanterías, armarios o cajas de hace tan sólo cuatro años y lo comparara con cualquier ejemplar editado por Planeta en los últimos meses. Si no, también puede acercarse a una librería especializada y efectuar la comparación allí mismo.
Es entonces, con ambos ejemplares en la mano, cuando uno es consciente de los cambios que ha habido en tan poco tiempo, cuando uno se da cuenta de la cantidad de aspectos de la edición que se han visto modificados en cuestión de dos años, los numerosos defectos que han aparecido. Planeta empezó bien, pero algo ocurrió durante el 2006 que provocó una caída en picado de la calidad de edición. Ya he hablado de Las aventuras de Superman. Casi un año antes empezó CDC: El cuarto mundo de Jack Kirby, que he comprado casi completa en los últimos meses. En esta colección se notan los primeros síntomas de la enfermedad padecida por Planeta en 2006. El packager responsable de la realización técnica de CDC: El cuarto mundo de Jack Kirby hasta su tomo #6 (marzo 2006) fue Forja Digital S.L., responsable de unas cuantas de las BM de Forum. Sus volúmenes son estupendos en líneas generales. A partir del #7 son sustituidos por Fanhunter S.L. y en el #8 se maqueta el texto de un artículo con un tipo de letra mayor y más espaciado, como se ha venido haciendo después. No veo en esto ningún problema: no me atrae tanto como un artículo a página completa pero el texto puede leerse mejor. Tampoco tengo nada en contra de Fanhunter, responsable de la impecable Batman: Año Uno. Lo que me preocupa es la marcha de Forja Digital. ¿Fue entonces cuando Forja Digital S.L. y Estudio Din&mita pasaron a trabajar sólo para Panini? ¿Tuvo aquello alguna relación con las negociaciones para publicar en Italia? ¿Desembocó todo en la contratación de David Hernando como editor de DC?
Si los errores se hubieran dado en una editorial diferente que empezara a editar DC, podríamos lamentarnos igual por la calidad de las ediciones, pero los ánimos no serían tan negativos. La decepción viene cuando uno es testigo de la mutación de una editorial que sabe editar bien en un ente que no sabe. No culpo de todo a Hernando. Hernando sería el último capítulo de una crisis interna que condujo a su contratación para intentar salvar el barco. Es más, uno esperaría que Hernando, como lector, deseara lo mejor para los tebeos que ahora puede editar. Es muy posible, además, que sucediera lo que sucediera en 2006, sus consecuencias hayan resultado difíciles de encarrilar y todavía estén estabilizándose.
Por todo ello, comparto la decepción con Pedro, EmeA e Isaac (que no sé si me leeran). Los defectos mirados puntualmente y de uno en uno pueden parecer chorradas, cierto, pero su relevancia es mucho mayor en cuanto se consideran dentro de su contexto. Hasta hace poco, cada mejora en la edición era un paso adelante y una conquista de la que todos debíamos alegrarnos. La desaparición de los correos y el estrechamiento de las vías de comunicación lector-editorial, la pérdida de profundidad de los artículos, la adaptación chusquera de los títulos de los capítulos, el uso de rotulaciones no adecuadas, la desaparición de las negritas, la deficiente maquetación, la falta de coherencia en el diseño...
Desde 2006, Planeta está bajando escalones y retrocediendo en conquistas. Es curioso que ese retroceso suceda paralelo a la aparición de ediciones de lujo como son los tomos Absolute. Es como si se quisiera compensar con una atractiva apariencia externa una deficiencia interna. Los Absolute potencian casi la única ventaja competitiva que le queda a Planeta: que es capaz de introducir en el mercado unos volúmenes bellamente encuadernados.
Aunque no soy nada partidario del formato Absolute, sí debo decir que han ayudado en algo: gracias a ellos ya no me parecen tan caros los volúmenes de Los archivos de The Spirit ni otros libros. El único Absolute que ha entrado en casa lo compró mi hermano, fue el de V de Vendetta, y creo que cuando apareció a finales de 2005 ni siquiera llamaban a aquel formato «Absolute». La fiebre Absolute es un acontecimiento del 2007. Bueno, miento respecto de la cantidad de Absolutes que han entrado en casa: antes de navidades saqué la edición original del Absolute Kingdom Come de la biblioteca de la universidad, y lo he devuelto esta mañana sólo leído hasta la mitad de lo aburrido que es. Parece que en DC intentaron copiar el éxito de Marvels también con Alex Ross, pero ni de coña.
A pesar de todo, considero que tampoco hay que defenestrar a los Absolute por sí mismos. DC edita Absolutes y es sano para el mercado que existan ediciones de lujo. Lo preocupante es, como ocurre en España, que algunos títulos sólo estén disponibles en esas ediciones de lujo. Es perfectamente comprensible que una editorial reaccione con productos de mayor empaque y precio ante un público lector de superhéroes cada vez más envejecido y con mayor poder adquisitivo. Es un error, sin embargo, y de cara a educar un lector del futuro, que las mismas obras no se editen en un formato más económico. ¿Por qué no un CDC: Crisis en tierras infinitas? ¿Por qué no un CDC: Watchmen? ¿Por qué no pueden convivir ambas ediciones? ¿Si no pueden convivir, por qué se edita sólo en formato de lujo?
La existencia de este formato en nuestro mercado no es tanto resultado de la capilarización hacia otros nichos, a consecuencia de la recuperación de las librerías generalistas o las grandes superficies, sino un indicio de que la base lectora, por lo que respecta al menos al cómic de superhéroes, no se está reciclando. Es lo que yo denomino la trampa de los Absolute.
Vaya, que me he vuelto a enganchar y parece que no hay forma de acabar con esto. La próxima entrada será la última ya (espero).
PREVIOUSLY ON LET YOURSELF FALL: el viernes pasado llevaba unos días sin postear y, alterado por los comentarios del post de UTCON del día 10, durante el fin de semana me puse a intentar explicar por qué las ediciones de DC actuales de Planeta no me parecen buenas, independientemente de que uno pueda exponer los motivos que quiera para comprarlas, o no exponer motivo alguno. Lo que empezó como un post muy tonto se ha convertido en un ensayo que alcanza ya las cinco partes. En la de hoy pretendo aclarar que todo esto no es un ataque a Planeta, sino más bien una llamada de atención para ayudarla a superar el bache que han supuesto los últimos dos años. Parece que soplan vientos de cambio.
El punto clave de todo es que Planeta no empezó mal editando DC. Tenían muchos y muy importantes elementos en contra, como el hecho de haber dedicado más de veinte años a educar a unos lectores para que leyeran Marvel, lectores que se fueron de la mano con un puñado de sus colaboradores hacia Panini. Sin embargo, Forum no desapareció del todo en enero de 2005, sino que se reservó la marca en exclusiva para las colecciones de Conan, y Planeta estaba tocada pero seguía siendo la misma: una editorial con más de dos décadas de experiencia en la edición de cómics y llena de profesionales.
Cierto es que por entonces servidor estaba más pendiente de Panini y que no me interesaban demasiado los productos de la nueva Planeta. No me interesaban los contenidos, pero yo daba por supuesto que aquello que publicaran lo editarían igual de bien que habían editado Marvel en los últimos años. Después de todo, sí que existía una masa de lectores de DC, ya fuera a través de Norma, de Vid o de Zinco, que pedían un abaratamiento de las ediciones y el regreso de la grapa, y se esperaba que fuera Planeta la que reconvirtiera a DC en un producto popular. Y que lo hiciera bien. Panini era la nueva, Panini era la editorial sin experiencia en España, estábamos asistiendo a la primera transición editorial en 23 años y la expectativa era enorme.
Repito: centré mis ojos en la labor de Panini porque di por supuesto que Planeta seguiría editando como hasta entonces. Y lo poco que he visto de aquella primera Planeta/DC de 2005 y principios de 2006 no me ha defraudado. Ahí quedan el Batman: Año Uno y La saga de Ra's al Ghul, o el tomo Batman: The Cult que hojeé hace poco en una librería, o los dos bonitos volúmenes de DC: The New Frontier que me dejó un amigo el fin de semana pasado. Incluso el formato Clásicos DC (CDC), que Planeta se sacó de la manga a finales de 2005 y que estrenó con CDC: El cuarto mundo de Jack Kirby, CDC: Nuevos Titanes y CDC: JLA/JLE, servía para mantener el espíritu de las Bibliotecas Marvel (BM) y competir contra algo que ella misma había consolidado en el mercado. Si una editorial tiene éxito con un formato, es natural que otra editorial (en este caso la misma) introduzca un formato similar para competir. Otra cosa son las páginas borrosas, por las que no se puede culpar al formato.
La caída de Planeta no siguió a la pérdida de derechos de Marvel. En realidad sucedió al año siguiente, en 2006, y desde entonces algunos lectores no han visto o no han sabido ver los defectos en sus ediciones, defectos surgidos no se sabe bien de dónde y que antes la editorial no cometía. Por desgracia, la atención de un lector de cómics de superhéroes está dirigida hacia los títulos que lee cada mes o hacia las novedades que saldrán en los meses siguientes. El lector de cómics de superhéroes siempre pide más y nunca tiene suficiente. Pocas veces nos queda tiempo para repasar las antiguas ediciones que vamos acumulando, porque son el pasado, ya las hemos leído, no son noticia.
Por muy ligado al presente que esté el lector de cómics de superhéroes, por mucho que proyecte su interés hacia el futuro, el tiempo pasa, y aquello que vamos comprando, leyendo y colocando en los pocos huecos que nos queden se convierte en testimonio de un pasado. Si hay alguien leyendo esto y que haya coleccionado superhéroes en los últimos años, le pediría por favor que rescatara un comic book cualquiera de Forum de sus estanterías, armarios o cajas de hace tan sólo cuatro años y lo comparara con cualquier ejemplar editado por Planeta en los últimos meses. Si no, también puede acercarse a una librería especializada y efectuar la comparación allí mismo.
Es entonces, con ambos ejemplares en la mano, cuando uno es consciente de los cambios que ha habido en tan poco tiempo, cuando uno se da cuenta de la cantidad de aspectos de la edición que se han visto modificados en cuestión de dos años, los numerosos defectos que han aparecido. Planeta empezó bien, pero algo ocurrió durante el 2006 que provocó una caída en picado de la calidad de edición. Ya he hablado de Las aventuras de Superman. Casi un año antes empezó CDC: El cuarto mundo de Jack Kirby, que he comprado casi completa en los últimos meses. En esta colección se notan los primeros síntomas de la enfermedad padecida por Planeta en 2006. El packager responsable de la realización técnica de CDC: El cuarto mundo de Jack Kirby hasta su tomo #6 (marzo 2006) fue Forja Digital S.L., responsable de unas cuantas de las BM de Forum. Sus volúmenes son estupendos en líneas generales. A partir del #7 son sustituidos por Fanhunter S.L. y en el #8 se maqueta el texto de un artículo con un tipo de letra mayor y más espaciado, como se ha venido haciendo después. No veo en esto ningún problema: no me atrae tanto como un artículo a página completa pero el texto puede leerse mejor. Tampoco tengo nada en contra de Fanhunter, responsable de la impecable Batman: Año Uno. Lo que me preocupa es la marcha de Forja Digital. ¿Fue entonces cuando Forja Digital S.L. y Estudio Din&mita pasaron a trabajar sólo para Panini? ¿Tuvo aquello alguna relación con las negociaciones para publicar en Italia? ¿Desembocó todo en la contratación de David Hernando como editor de DC?
Si los errores se hubieran dado en una editorial diferente que empezara a editar DC, podríamos lamentarnos igual por la calidad de las ediciones, pero los ánimos no serían tan negativos. La decepción viene cuando uno es testigo de la mutación de una editorial que sabe editar bien en un ente que no sabe. No culpo de todo a Hernando. Hernando sería el último capítulo de una crisis interna que condujo a su contratación para intentar salvar el barco. Es más, uno esperaría que Hernando, como lector, deseara lo mejor para los tebeos que ahora puede editar. Es muy posible, además, que sucediera lo que sucediera en 2006, sus consecuencias hayan resultado difíciles de encarrilar y todavía estén estabilizándose.
Por todo ello, comparto la decepción con Pedro, EmeA e Isaac (que no sé si me leeran). Los defectos mirados puntualmente y de uno en uno pueden parecer chorradas, cierto, pero su relevancia es mucho mayor en cuanto se consideran dentro de su contexto. Hasta hace poco, cada mejora en la edición era un paso adelante y una conquista de la que todos debíamos alegrarnos. La desaparición de los correos y el estrechamiento de las vías de comunicación lector-editorial, la pérdida de profundidad de los artículos, la adaptación chusquera de los títulos de los capítulos, el uso de rotulaciones no adecuadas, la desaparición de las negritas, la deficiente maquetación, la falta de coherencia en el diseño...
Desde 2006, Planeta está bajando escalones y retrocediendo en conquistas. Es curioso que ese retroceso suceda paralelo a la aparición de ediciones de lujo como son los tomos Absolute. Es como si se quisiera compensar con una atractiva apariencia externa una deficiencia interna. Los Absolute potencian casi la única ventaja competitiva que le queda a Planeta: que es capaz de introducir en el mercado unos volúmenes bellamente encuadernados.
Aunque no soy nada partidario del formato Absolute, sí debo decir que han ayudado en algo: gracias a ellos ya no me parecen tan caros los volúmenes de Los archivos de The Spirit ni otros libros. El único Absolute que ha entrado en casa lo compró mi hermano, fue el de V de Vendetta, y creo que cuando apareció a finales de 2005 ni siquiera llamaban a aquel formato «Absolute». La fiebre Absolute es un acontecimiento del 2007. Bueno, miento respecto de la cantidad de Absolutes que han entrado en casa: antes de navidades saqué la edición original del Absolute Kingdom Come de la biblioteca de la universidad, y lo he devuelto esta mañana sólo leído hasta la mitad de lo aburrido que es. Parece que en DC intentaron copiar el éxito de Marvels también con Alex Ross, pero ni de coña.
A pesar de todo, considero que tampoco hay que defenestrar a los Absolute por sí mismos. DC edita Absolutes y es sano para el mercado que existan ediciones de lujo. Lo preocupante es, como ocurre en España, que algunos títulos sólo estén disponibles en esas ediciones de lujo. Es perfectamente comprensible que una editorial reaccione con productos de mayor empaque y precio ante un público lector de superhéroes cada vez más envejecido y con mayor poder adquisitivo. Es un error, sin embargo, y de cara a educar un lector del futuro, que las mismas obras no se editen en un formato más económico. ¿Por qué no un CDC: Crisis en tierras infinitas? ¿Por qué no un CDC: Watchmen? ¿Por qué no pueden convivir ambas ediciones? ¿Si no pueden convivir, por qué se edita sólo en formato de lujo?
La existencia de este formato en nuestro mercado no es tanto resultado de la capilarización hacia otros nichos, a consecuencia de la recuperación de las librerías generalistas o las grandes superficies, sino un indicio de que la base lectora, por lo que respecta al menos al cómic de superhéroes, no se está reciclando. Es lo que yo denomino la trampa de los Absolute.
Vaya, que me he vuelto a enganchar y parece que no hay forma de acabar con esto. La próxima entrada será la última ya (espero).
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