[Este texto es hijo del viernes, y entonces debía haber sido publicado. A más tardar, en la mañana de ayer. Pero como da la casualidad de que a veces no estoy en casa, algunos textos se quedan a medias y, lo que ocurre, durante la dilación, más exactamente durante el día de ayer, a uno le vienen a la cabeza otros asuntos que querría comentar. Ergo, se me antoja una segunda actualización para esta tarde (cortica, eso sí).]
En mi línea de posts de actualidad, comparto aquí con vosotros que la semana pasada (no ésta) releí los números 36 a 41 (enero a junio de 1967) de The Avengers, los primeros escritos por Roy Thomas. Tienen cuarenta años ya, y no treinta como mi subconsciente intenta confundirme una y otra vez. Por si alguien está interesado en estos números, se publicaron en el tomo 6 de la Biblioteca Marvel: Los Vengadores (BM:LV), editado hace ocho años por Planeta (que, como todo el mundo sabe, jamás ha publicado Marvel).
Decidí echarles otro vistazo más que nada para reencontrarme con unos personajes y una colección que no estoy siguiendo en la actualidad. Desde enero del año pasado (en términos de fechas de publicación españolas), el título de Los Vengadores de toda la vida fue sustituido por Los Nuevos Vengadores, escrito por Brian Michael Bendis. El tercer volumen de The Avengers (1998-2004) cerró en su número 84 + 4, esto es, en su número 503 según el cómputo original que se recuperó en esos últimos cuatro ejemplares (la serie empezó en septiembre de 1963). La renumeración tuvo más valor simbólico debido a la bonita cifra de 500 que a otra cosa, porque no existe un número 504, aunque sí un episodio Final de enero de 2005. Como me lo pintaron tan "se acabó lo que se daba", "esto es el fin de los Vengadores", y me leí un par de números de esta nueva etapa que ni tienen chicha ni tienen ná, pues me bajé del barco sin remordimientos completistas de ningún tipo. Me lo había pasado pipa con Los Vengadores de Kurt Busiek y George Pérez que abrieron el volumen 3 (que también estoy repasando "pípamente"), pero disfrutar con Los Vengadores de Busiek y Pérez (o Thomas y Buscema) no implica pasar también por el aro de Bendis y Finch. Por supuesto, está aquello de "una vez vengador, siempre vengador", y me ronda la cabeza darle otra oportunidad a la colección durante la saga Civil War, que aparecerá este verano en España, pero por ahora estoy muy bien con mi ración de reposiciones (que no afectan al bolsillo).
Roy Thomas tenía 26 años cuando se hizo cargo de The Avengers. [Sé que señalar esto no me hace ningún bien, pero son hechos]. Thomas, junto al dibujante Don Heck, realizaron unos números con demasiada acción para mi gusto, que resultan en unas páginas sobrecargadas. Si no están peleando contra los ultroides de Ixar (#36-37), Hércules (engañado por la Encantadora; #38), el Pensador Loco (#39), Namor (#40) o Diablo y el Hombre Dragón (#41; primero dibujado por John Buscema), luchan entre ellos, con Ojo de Halcón como centro de la gresca, por lo normal. Vamos, que pueden llegar a cansar por saturación. Es posible que el formato de la BM, más reducido que el comic-book, contribuya a verlo todo más apretado de como en realidad tenía que ser, pero acción hay sin duda.
Lo más interesante no es el enfrentamiento contra el villano del mes, sino las subtramas y las relaciones entre personajes que se van desarrollando. Tras ser liberados del secuestro perpetrado por Ixar, la Bruja Escarlata y su hermano Mercurio regresan a las filas de los Vengadores; vale, no hacen mucho más por ahora (están y punto), pero al menos ya han vuelto. El Capitán América abandona precipitadamente el grupo para enfrentarse a Cráneo Rojo en su colección, y con él desaparece (por un tiempo) el último del triunvirato de vengadores principales formado por Iron Man, Thor y el mismo Capi. Quedan Goliath y la Avispa, sí, pero ellos no cuentan con su liderazgo, y estos dos son los únicos fundadores que quedan al frente de un grupo ahora compuesto por dos hermanos mutantes y un ex-delincuente. La relación entre éste (Ojo de Halcón) y la Viuda Negra, y la presunta traición de ésta a EEUU, ¡a América!, cuando en realidad la ex-espía rusa se encuentra en misión como agente doble al servicio de SHIELD, constituye la trama paralela a la que más páginas se le dedica, superando en interés a la historia principal a pesar de estar distribuida en dosis minúsculas. Por último, en el número 38 empieza el exilio de Hércules en la Tierra y la trama de "la soledad del Dios entre mortales", y Goliath es el encargado de verbalizar el paralelismo entre las situaciones de Hércules y Thor.
El dibujo de Heck también me cansa, pero por suerte para todos llega Buscema en el número 41 para quedarse unos pocos años. En esos tres años y medio tuvo lugar la que está considerada como la mejor etapa de la serie. En junio de 1967 se estaban calentando motores.
PD: de acuerdo. Decir que Heck aburre y Buscema mola no es muy profesional. Heck no está mal. Yo no podría hacerlo mejor. Cierto que no sé dibujar, ni dispongo de elementos para analizar dibujos y trazos porque yo mismo no estoy familiarizado con el oficio. Creo que ya hago bastante reconociendo dibujantes y entintadores. Una página de Heck, por ejemplo, se nota que es de Heck. Si se duda un poco, porque otro dibujante trabaje como él, entonces puede que no sea de Heck. Tuvo suerte de trabajar en el título antes que Buscema y no después, porque Buscema es mucho Buscema, y el cambio se habría notado muchísimo. Tal vez en The Avengers #41 no fuera todavía el Buscema que se recuerda, y eso que era ya un hombretón de 39 años, pero le quedaba muy muy poco para cogerle soltura a eso de los superhéroes y de los tebeos de los que había estado alejado ocho años.
PPD: la portada no es del 67, sino del 2000, pero como salen algunos de los vengadores de entonces, y está bastante bien (es de Pérez, cómo coño no va a estar bien), la he subido. Con esto doy inicio a los escaneos propios para ilustrar el blog. Ya veremos dónde me lleva esto.
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