dimecres, de febrer 22, 2006

UNA TARDE

¿Por qué no lo había visto hasta ahora? No era la primera vez que pasaba por allí. El temprano declinar del Sol resplandecía sobre la superficie del lago, entre los árboles, a la entrada de la ciudad. El autobús le había conducido numerosas veces por esa calle durante medio año, ya fuera para entrar o para salir. ¿Dónde estaban entonces sus ojos? ¿Dónde su pensamiento? ¿Concentrados en un libro? ¿O es que tal vez se había sentado siempre en el lado contrario? No, eso no podía ser. El lago le había pillado por sorpresa y lo contemplaba por primera vez. En primavera debía estar precioso. Entonces lo visitaría.