divendres, de març 30, 2007

ACABEMOS CON LA CRISIS

Si tuviera que hablar de la historia que cuenta Crisis Infinita, no tendría mucho que decir. Se trata de una serie limitada (i.e. colección de comic-books con un número concreto de ejemplares, por lo general no superior a doce, cuya duración está determinada desde el principio) que la editorial DC publicó en EEUU el año pasado y en la que aparecen todos sus personajes. Su intención narrativa es unificar todas las colecciones, o la historia de cada personaje, para simultanear los diferentes títulos (todos los personajes viven a la vez los sucesos de Crisis Infinita, que ocurren en el ahora de cada uno de ellos -aunque por lo leído ese ahora pueda corresponder a diferentes tiempos, según la línea temporal, o mundo paralelo, o lo que sea que habiten) y conseguir una especie de lavado de cara y puesta a cero del Universo DC, resolviendo las incongruencias y contradicciones que siempre se generan como consecuencia del trabajo de guionistas, dibujantes y editores mes a mes durante décadas (otra cosa es que lo consigan).

Desde otro punto de vista, tal y como apunta David Hernando, actual editor de DC de la editorial Planeta (en jerga, editor DC), en el prólogo del primer número de la edición española, Crisis Infinita es un acontecimiento orquestado por Dan Didio, vicepresidente y director editorial de DC en EEUU, para atraer la atención del mercado y aumentar las cifras de ventas. La aparición de estos puntos de inflexión suele coincidir con aniversarios editoriales o de personajes; Hernando señala el vigésimo aniversario de la publicación de Crisis en tierras infinitas, lo que es correcto, y el septuagésimo de la editorial, dato que sin ser exacto puede aceptarse debido a que parece que desde DC pretendan, entre las colecciones pre- y post- crisis, extender la celebración unos años.

He dicho que no sabría contaros muy bien de qué va. Es comprensible, pues he leído muchísimos más tebeos de Marvel que de DC. ¿Qué coño hago escribiendo esto, entonces? Pues resulta que eso es precisamente lo que me interesa. He leído tan pocos tebeos de DC que todavía puedo hacer una lista de mis lecturas sin perder una o varias tardes revisando armarios:

1) Por encima de todo: el Superman de los 80 (post-Crisis en tierras infinitas), mi primer tebeo de superhéroes, leído a intermitencias según a mi padre le viniera en gana comprar el número en el quiosco o adquirir un retapado en el súper. Dispongo, por tanto, de aquellos números de Zinco y, como ya estaréis hartos de leer aquí, de su actual reedición por parte de Planeta. Por cierto que interrumpí su lectura hace semanas porque el distribuidor no ha tenido a bien hacer llegar a mi quiosco el número 14 pero sí todos los siguientes hasta el 21. Hago constar aquí también, de paso, que el encargado de elaborar el checklist mensual de los títulos DC que saca Planeta parece no haberse enterado todavía de que la colección, debido a problemas con los materiales de reproducción (que ésa es otra, y gorda), hace tiempo que dejó su periodicidad semanal y pasó a quincenal. Y parece no haberse enterado porque anuncia para este mes de marzo los números 27 a 30.

2) Batman: Año uno, de Frank Miller y David Mazzuchelli. Sólo he leído esto de Batman y, sinceramente, no creo que pueda haber nada mejor.

3) El extraño, una miniserie de Jim Starlin de la que sólo recuerdo que salía mucha gente.

4) Crisis de identidad, de Brad Meltzer y Rags Morales. Sin ser un Born Again, se dice que es de lo mejor que ha dado el género esta década (lo que no dice mucho a favor de esta década en cuestión de superhéroes), y lo cierto es que la disfruté bastante hasta el punto de leérmela casi del tirón, entre aviones y aeropuertos el pasado verano. Lo mejor, que los conflictos de los personajes comenzaban y terminaban en esa serie, y que por poco que supieras de ellos (tipo: "Green Arrow es... un arquero que viste de verde"), informaba de los suficientes antecedentes para que la historia se entendiera.

5) Green Lantern, de Geoff Johns y Carlos Pacheco. Porque me gusta cómo dibuja Pacheco, ea. Otro día me explayo más, que ésta todavía está saliendo.

Mientras leía el presente número de Crisis Infinita, me venía a la cabeza cómo se enfrentaría a él un lector que jamás antes haya leído nada de superhéroes y desconociera, por tanto, no ya la historia o al menos los poderes o habilidades de cada personaje, sino las mismas convenciones del género. Un lector así que abriera el primer número se encontraría perdido (el pobre) a las pocas páginas. Si le fascinan lo suficiente los trajes de colores, las explosiones y las páginas dobles impresas a sangre (sin bordes blancos, no vayáis a creer que usan otro líquido en vez de tinta), tal vez acabe el tebeo y, aturdido por la información recibida, sienta la necesidad de leer (y comprar), no sólo los números siguientes, sino también los anteriores para enterarse de algo. En este caso, Dan Didio se habrá marcado un tanto.

Es algo que yo mismo he experimentado con otras colecciones (con Crisis Infinita casi no me he enterado de nada): interesado por un personaje o por un hecho que ocurre en otra colección, uno se acerca a ese otro título que desconocía pero del cual puede convertirse en seguidor en el futuro. La curiosidad por las historias a medio contar y el impulso de acumular son la base de esta industria.

¿Está Crisis Infinita mal realizada? Si el propósito era vender tebeos y se han vendido, no. Pero me parece que es una serie demasiado pensada para vender tebeos. Crisis Infinita no es sólo la serie de siete números Crisis Infinita: es también el especial Cuenta atrás a Crisis Infinita, aparecido medio año antes; es también cada una de las cuatro series limitadas que aparecieron entre el especial y el primer número; es también la jugada de saltarse un año de la vida de los personajes (tras la crisis, todas las series siguen un año después), año que está siendo todavía contado en la colección semanal titulada 52 (como semanas tiene el año), por lo que quien esté interesado en saber de su personaje favorito, tendrá que comprarse además esta colección. Total: un plan maestro para tener enganchados a los lectores de DC durante dos años (o más, pues el argumento de todo se inició en unos episodios de 2003).

Con todo esto, ¿no os parece Crisis Infinita un evento mediático del suficiente calibre como para que aparezca en los telediarios de occidente? ¿Por qué se da la espalda al tebeo de superhéroes, heredero de las tiras diarias de ciencia-ficción, de los relatos pulp seriados, e influencia directa de los blockbusters actuales de efectos especiales que ocupan las salas? Merecen un respeto, un reconocimiento, aunque ellos mismos no vayan a ver ni un céntimo por esas historias que ya han contado y que vemos ahora transformadas.

Por mi parte, compré el primer número de Crisis Infinita después de haberme resistido por dos veces a su influjo en el quiosco, con una de esas justificaciones que nos montamos todos cuando compramos algo: para ver un poco cómo está ahora la cosa... y por el tacto de la portada. Con esfuerzo, podría describiros la historia, pero la sensación... eso no.

ACTUALIZACIÓN, 30-III, 23h
Es abrir la boca y la realidad se vuelve en mi contra. En el informativo de esta noche de Cuatro, Gabilondo ha anunciado la publicación en España (por parte de Panini) de la adaptación al cómic de El informe 11/S (lo que me recuerda que tengo temas que esperan reaparecer por aquí algún día). Por supuesto que es buena noticia que se hable con naturalidad de un tebeo en la televisión, pero sigue habiendo un matiz que coloca al medio a una altura diferente respecto de otros. Así como las películas que se estrenan hoy (anunciadas minutos después) son "noticia" respecto de ellas mismas, el tebeo lo es en tanto en cuanto retrata otra más relevante. Eso sí, me ha sorprendido que también hablaran de la Civil War de Marvel, que aparecerá aquí el mes que viene. Por una vez, y al contrario de lo ocurrido recientemente con el Capitán América, los interesados podrán acudir al quiosco y encontrar el tebeo en cuestión (bueno, no ahora, sino dentro de unas semanas, pero ya no es de aquí a un año).