dissabte, d’agost 23, 2008

DESCENSO AL FUTURO (4)

Está claro que necesitamos el petróleo para muchísimas cosas vitales. Indirecta, y casi literalmente, comemos petróleo. Ahora bien, ¿cuánto petróleo queda?

Cuentan que el geofísico Marion King Hubbert predijo en 1956 que los Estados Unidos alcanzarían su pico o cenit en la producción de petróleo (peak oil) hacia 1970. Acertó: desde entonces cada vez extraen menos en su territorio y se han embarcado en unas cuantas guerras en Oriente Medio por el control del hidrocarburo. (¿Quién dijo «democracia» y «lucha contra el terrorismo»?).

La teoría de Hubbert es de cajón. El petróleo y el gas natural son bienes finitos. Mientras se van descubriendo yacimientos no hay ningún problema (aparte de una crisis climática), sólo que un ritmo de extracción mayor crea nuevas necesidades que a su vez incrementan la demanda. Ésta, insaciable, solicita más y más petróleo en el mercado, y así hasta que la cantidad de petróleo bajo tierra es menor que la que hemos extraído y quemado ya. A partir de ahí, la energía invertida en extraer la misma cantidad que antes se dispara. En tanto que nuestras vidas dependen de que sigamos quemando petróleo, si éste se encarece TODO subirá de precio hasta que no podamos pagar nada. Punto final.

Lo mismo que calculó Hubbert para EEUU se ha calculado para el planeta alrededor de... YA. Los más pesimistas sostienen que ya hemos pasado el pico. Otros, que sucederá la década que viene. Incluso los más (recalcitrantes) optimistas aseguran que ocurrirá en esta primera mitad de siglo. Suceda cuando suceda, la teoría afirma que uno no sabe que ha alcanzado el pico hasta años después de haberlo pasado.

Lo peor es que AHORA, mientras todavía disponemos de la energía que nos brinda el petróleo, es cuando deberíamos preparar las infraestructuras de la sociedad para poder vivir sin él. Pero la inercia de nuestro modo de vida no lo permitirá. Aprenderemos cuando nos hostiemos.