dijous, de juny 05, 2008

A PROPÓSITO DE INDIANA JONES IV: EPÍLOGO

Vale, tal vez el post anterior no fuera un AGUADOR en toda regla, pero este sí lo es desde la primera frase (¿que no?).

Si Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal no funciona, no es por culpa de los extraterrestres. La crítica fácil consiste en afirmar que los extraterrestres no tienen ninguna relación con la cultura judeocristiana (ahora me entero), como si las piedras de Sankara de la segunda película fueran lo más del cristianismo. No, la cosa no va por ahí. Tampoco vale decir que Indiana sólo va detrás de objetos judeocristianos porque esta mitología ha sido muy importante en su educación. Por suerte, tenemos una aventura entera alrededor de las rocas sagradas indias de marras y toda una secuencia al principio de la primera parte en la que el prota saquea un ídolo peruano en forma de huevo de pascua.

Primero, los extraterrestres tenían que salir tarde o temprano (si es que no lo han hecho ya en alguna de las novelas, comic books o telefilmes, que no lo sé). Otra cosa es que los esperáramos, pero Indiana Jones es puro pulp y los extraterrestres son carne de pulp. Por otra parte, mucho se ha dicho sobre la posible influencia extraterrestre en las grandes civilizaciones de la antiguedad, como en Egipto o en las culturas mesoamericanas. No afirmo que sea verdad, pero ahí existía una relación entre arqueología y vida extraterrestre que debía ser explotada en la saga. Además, el tiempo ha pasado, Indiana se ha hecho mayor y ahora la acción se sitúa 20 años más tarde, a finales de los 50, diez años después de Roswell, en plena Guerra Fría, en el inicio de la carrera espacial y con una necesidad, por ambos bandos, de conseguir tecnología extraterrestre con la que vencer al enemigo. La presencia de los extraterrestres está de sobra justificada. Otra cosa es que el tratamiento sea el acertado.

Segundo, ni el Arca de la Alianza, ni las piedras de Sankara ni el Santo Grial tienen mayor conexión con el mundo real que una nave extraterrestre. Lo que sí une a los objetos de las primeras películas es el hecho de que Indiana crea en ellos y en su poder, independientemente de a qué religión pertenezcan. Indiana cree en el poder del Arca, en el poder de las piedras y en el poder del Santo Grial. Pero Indiana no cree en la existencia de extraterrestres ni aun teniéndolos delante, ni demuestra interés por ellos ni se esfuerza en sentir ningún tipo de conexión con el tema. Indiana no protagoniza la trama: la ve desde fuera.

Ahí está la clave: la trilogía original consiguió que creyéramos en el Arca, en Sankara y en el Grial porque Indiana creía en aquellos objetos. Si Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal no llega es porque Indiana Jones no cree en E.T.

2 comentaris:

Bea ha dit...

Discrepo. Los extraterrestres últimamente son símbolo de lo inexplicable y superior. Están de moda. En vez de asumir que no tenemos ni remota idea, decimos que fueron los entrañables y superpoderosos marcianitos verdes... ¿Y por qué no una conspiración de los erizos de este planeta? También son monos. Y tenemos pruebas de que pueden pinchar...

Me centro, qué divago: Yo hubiera sido feliz cual perdiz, si no me hubieran intentado colar la panacea de los cabezones telepáticos esos, cuyo cuello doblado tendría serios dolores cervicales para soportar ese cráneo, en esta y en otras gravedades, preveo. Hasta ese momento la película, con sus fantasmadas incluidas, era hasta entretenida.

No llega, no porque Indi sea ateo marcianil, sino porque es una explicación trillada que, en cuanto te la muestran,(¿Alien resurrection e Indiana? Noooo!!) pierde todo su misterio, qué de por sí, tanto el Grial como el Arca,incluso Sankara, mantenían aún después de ser descubiertos...


En fin. Pobre Indi. Quién le ha visto, y quién le vé ahora.

Saludos!

Bea

Senador Lombrith ha dit...

Me gusta que discrepes, así se hace.

Los extraterrestres son todo eso que dices, pero creo que estaban más de moda en los noventa.

Yo insisto: no es el recurrir a los extraterrestres lo que me molesta, sino su diseño y el tratamiento que les dan. Lo que apuntas es cierto: desde el momento en que se ve la silueta del cráneo, uno piensa en el Alien de HR Giger... y la película se va a la mierda. Yo creo que estaban tan preocupados en cómo arreglárselas para que nadie notara que la película no tiene guión que no repararon en el diseño de los aliens. Lo peor de todo es que, en cuestión de extraterrestres, ¡UNO PUEDE CONTAR CON DISEÑOS A PATADAS! No tiene sentido copiar, por una parte a los de la saga Alien ni, por otra, a los de Expediente X.

Yo me habría conformado, para darle mayor misterio a la peli, con que encontraran restos de una tecnología extraterrestre incrustada en las ruinas, o una nave abandonada que hiciera de templo subterráneo, o incluso una conciencia colectiva extraterrestre que hubiera sobrevivido en una computadora contruida no sé, como una combinación de metales, rocas y plantas.

Y no habría enseñado los aliens en ningún momento, puesto que llevarían tiempo muertos, y sólo existirían como inteligencia pura, como la Inteligencia Suprema kree de los comics Marvel (creada por Kirby, cómo no).

La película no llega por muchas cosas. Primero, porque no hay personajes, pero también porque Indiana no cree en los ETs, más que nada porque si no se cree él mismo la historia, ¿cómo vamos a creérnosla los espectadores?

Un saludo y muchas gracias por pasarte y comentar.