dimecres, d’abril 23, 2008
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El suelo bajo nuestras ciudades es el excremento sobre el que se asienta Occidente. Para horadarlo, ventilarlo y facilitar la acción de las bacterias y el resurgimiento de la vida y la razón llegará un día la Gran Lombrith, oxigenadora de Subterránea. Mientras Occidente se expande, se debilita y desaparece, hasta el Día del Último Suspiro, entreteneos con las alucinaciones del primer profeta de su llegada, el Senador Lombrith.
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