Hacía mucho que no entraba a una tienda de cómics sin una lista de lo que me interesaba encontrar y eventualmente adquirir. Miento. Hacía mucho que no entraba a una tienda de cómics con el tiempo justo para localizar lo que me interesara, comprobar que estuviera en buen estado, pasar por caja y volver a la calle sin fijarme en el resto de la oferta.
Esta semana le dediqué un rato a la prospección del mercado y comprobé, como bien se dice por ahí, que la oferta es inmensa. Confluyeron varios factores para que me volcara en estos menesteres. No basta con desplazarse a Valencia ni con disponer de tiempo, no: la tercera arista de esta comunión de circunstancias es que estoy volviendo a quitarme de los superhéroes. Miento. Están dejando de importarme las colecciones actuales. Más aún: me están decepcionando las actuales ediciones españolas de superhéroes, y por eso ya me encuentro casi fuera del barco. Más todavía: la falta de interés por las colecciones DC y Marvel actuales, sumada a las mejorables ediciones que las mismas obtienen por parte de Planeta y de Panini, están alejándome de los superhéroes que se publican ahora. Y me parece bien. Hay un océano de tebeos por descubrir, con sus propias flotas surcando sus regiones sin horizonte. Los superhéroes están muy bien, pero absorben demasiado.
En parte ha sido por voluntad propia, pero he de reconocer que el mérito corresponde también (y no poco) a Planeta, que me lo ha puesto muy fácil este año para apartarme de los superhéroes. Todo empezó el pasado verano con los nuevos volúmenes de Superman y Green Lantern. Superman me gusta de toda la vida, pero desde la desaparición de Zinco sólo había comprado un número de Norma, por probar (y no repetir debido al precio y al formato), los tres tomitos de la colección de El Mundo (con Las cuatro estaciones de Jeph Loeb y Tim Sale, seguidos de una selección de historias de 1999 y 2000, además de la primera aparición de 1938) y otro que creo que salió con El Levante (con dos historias de Alan Moore, una de John Byrne y dos mierdecillas de Loeb). Tras más de doce años sin una dosis regular de Superman, yo quería seguir la colección, sobre todo si estaba a cargo de Kurt Busiek y Carlos Pacheco.
Respecto de Green Lantern, también la había empezado meses atrás atraído por Pacheco, pero con el inicio del nuevo volumen vi algo raro en el diseño de los títulos y se me ocurrió descargarme los tebeos originales. Planeta me estaba tomando el pelo. El número 2 de Green Lantern se quedó en el quiosco y decidí que el Superman #5 sería el último (soy débil y a Superman le di un poco más de margen).
Pasó octubre y de Planeta sólo conservaba 52, The Sandman y La cosa del pantano. El mes pasado me cansé ya de 52. Al principio estaba bien, interesaba la historia, las portadas me encantaban e, importante, es barato, pero desde hace bastante tiempo no estaba yendo a ningún sitio. Semana a semana no te das cuenta pero te sacan la pasta que no veas con una chorrada. Como además le estoy cogiendo tirria a la Planeta que edita superhéroes porque insiste, entre otras cosas, en no resaltar algunas palabras en negrita como marca la tradición y en adaptar chusqueramente los títulos, la he mandado a la mierda por completo. Ea. Si como consumidor soy soberano, mi acción tendrá repercusiones y las ediciones mejorarán. Si todavía queda mucha gente que les sigue comprando y mi opinión no vale una mierda, entonces yo podré dedicar el dinero que tiraba hasta ahora con los superhéroes con otro tipo de tebeos que suelen quedarse en la lista de las compras. Sólo pensar que por dejar a medias 52 dejaré de gastar más de 40 euros en esta colección que podré dedicar a otros autores me parece un gran incentivo.
La puntilla ha llegado este mismo mes. Planeta cancela The Sandman en el número 18 y La cosa del pantano en el 13. Pues muy bien. Si Planeta quiere jugar a cancelar colecciones y a editar con el culo, juguemos. Me habían recomendado The Sandman, pero a mí me estaba decepcionando, así que aquí me planto: los 37 comic books originales publicados me parecen suficientes para formarme una opinión de The Sandman. No está mal, tiene sus buenos puntos, es mejor que muchas otras cosas, pero no le llega a la rodilla de otros títulos. Diez números cualesquiera del Conan el bárbaro de Roy Thomas y Barry Smith son muchísimo mejores que todo lo que he leído de Gaiman.
La cosa del pantano, por el contrario, cada vez iba a mejor. Según cómo estén editados los tomos que parece que piensan sacar para continuarla, y según la posición que ocupe en la nueva lista de prioridades, ya me pensaré si sigo o no.
Eso por lo que toca a Planeta, que no es poco. De Panini sólo sigo Daredevil y, hasta ahora, Civil War. Lo de Daredevil es increíble: van a cumplirse diez años desde el inicio del nuevo volumen, con un nivel medio-alto de calidad en las historias... ¡y sigue subiendo!
Es posible que pruebe alguna de las novedades en grapa de los próximos meses, pero no siento ningún interés hacia los tomos de Panini. Desde que concluyó X-Statix, sólo ha caído uno de Hulk y dos de Hulka. No es sólo que las encuadernaciones no me inspiren mucha confianza: tampoco las historias me atraen. ¿Y qué quieres que te diga? Si tengo diez euros para gastarme en tebeos me compraré otro volumen de Rip Kirby, o uno de los baratos de Joe Sacco, o uno de Crumb, o un par de números que me falten de las bibliotecas de Marvel o EC, o... Hay tantas opciones antes que comprar, por ejemplo, uno de los tomos que vi de Iron Man, que sí, que estaban bien dibujados, pero que yo para "probar" me pillo un comic book de 2 euros, no un tomo de 10.
Otra cosa. Yo vivo en provincias y por suerte aquí no llegan esos engendros, pero ¿quién compra las ediciones especiales de Panini? Sé que existen por una riña entre distribuidoras, pero no me explico cómo cualquiera que siga un título puede preferir tener todos los números de la colección con dos franjas rojas y con una portada que no se corresponde con la original, que en ocasiones ni siquiera es una portada alternativa que saliera en EEUU, y que la mayoría de las veces es peor que la de la edición normal. Yo lo tengo claro: en mi casa no entra un "edición especial".
Ya está, creo. Buscaba el tercer tomo de la historia del cómic de Panini, pero todavía no ha salido, así que volví a casa con El gato Fritz de Crumb y un tomo del Thor de Gerry Conway y John Buscema, todavía de las Bibliotecas Marvel de Forum.
EPÍLOGO: al día siguiente pasé por una librería de aquí y me detuve a hojear el tomo de Batman: The Cult. Me sorprendieron las palabras resaltadas en negrita, el tipo de rotulación y lo bien editado que estaba en general. Vi los créditos editoriales y claro, no podía ser de otra manera: el volumen corresponde a la primera hornada de DC de Planeta, de hace dos años y medio, cuando aún conservaba el equipo de Forum. Qué triste que se haya perdido todo aquel conocimiento y saber hacer.
Esta semana le dediqué un rato a la prospección del mercado y comprobé, como bien se dice por ahí, que la oferta es inmensa. Confluyeron varios factores para que me volcara en estos menesteres. No basta con desplazarse a Valencia ni con disponer de tiempo, no: la tercera arista de esta comunión de circunstancias es que estoy volviendo a quitarme de los superhéroes. Miento. Están dejando de importarme las colecciones actuales. Más aún: me están decepcionando las actuales ediciones españolas de superhéroes, y por eso ya me encuentro casi fuera del barco. Más todavía: la falta de interés por las colecciones DC y Marvel actuales, sumada a las mejorables ediciones que las mismas obtienen por parte de Planeta y de Panini, están alejándome de los superhéroes que se publican ahora. Y me parece bien. Hay un océano de tebeos por descubrir, con sus propias flotas surcando sus regiones sin horizonte. Los superhéroes están muy bien, pero absorben demasiado.
En parte ha sido por voluntad propia, pero he de reconocer que el mérito corresponde también (y no poco) a Planeta, que me lo ha puesto muy fácil este año para apartarme de los superhéroes. Todo empezó el pasado verano con los nuevos volúmenes de Superman y Green Lantern. Superman me gusta de toda la vida, pero desde la desaparición de Zinco sólo había comprado un número de Norma, por probar (y no repetir debido al precio y al formato), los tres tomitos de la colección de El Mundo (con Las cuatro estaciones de Jeph Loeb y Tim Sale, seguidos de una selección de historias de 1999 y 2000, además de la primera aparición de 1938) y otro que creo que salió con El Levante (con dos historias de Alan Moore, una de John Byrne y dos mierdecillas de Loeb). Tras más de doce años sin una dosis regular de Superman, yo quería seguir la colección, sobre todo si estaba a cargo de Kurt Busiek y Carlos Pacheco.
Respecto de Green Lantern, también la había empezado meses atrás atraído por Pacheco, pero con el inicio del nuevo volumen vi algo raro en el diseño de los títulos y se me ocurrió descargarme los tebeos originales. Planeta me estaba tomando el pelo. El número 2 de Green Lantern se quedó en el quiosco y decidí que el Superman #5 sería el último (soy débil y a Superman le di un poco más de margen).
Pasó octubre y de Planeta sólo conservaba 52, The Sandman y La cosa del pantano. El mes pasado me cansé ya de 52. Al principio estaba bien, interesaba la historia, las portadas me encantaban e, importante, es barato, pero desde hace bastante tiempo no estaba yendo a ningún sitio. Semana a semana no te das cuenta pero te sacan la pasta que no veas con una chorrada. Como además le estoy cogiendo tirria a la Planeta que edita superhéroes porque insiste, entre otras cosas, en no resaltar algunas palabras en negrita como marca la tradición y en adaptar chusqueramente los títulos, la he mandado a la mierda por completo. Ea. Si como consumidor soy soberano, mi acción tendrá repercusiones y las ediciones mejorarán. Si todavía queda mucha gente que les sigue comprando y mi opinión no vale una mierda, entonces yo podré dedicar el dinero que tiraba hasta ahora con los superhéroes con otro tipo de tebeos que suelen quedarse en la lista de las compras. Sólo pensar que por dejar a medias 52 dejaré de gastar más de 40 euros en esta colección que podré dedicar a otros autores me parece un gran incentivo.
La puntilla ha llegado este mismo mes. Planeta cancela The Sandman en el número 18 y La cosa del pantano en el 13. Pues muy bien. Si Planeta quiere jugar a cancelar colecciones y a editar con el culo, juguemos. Me habían recomendado The Sandman, pero a mí me estaba decepcionando, así que aquí me planto: los 37 comic books originales publicados me parecen suficientes para formarme una opinión de The Sandman. No está mal, tiene sus buenos puntos, es mejor que muchas otras cosas, pero no le llega a la rodilla de otros títulos. Diez números cualesquiera del Conan el bárbaro de Roy Thomas y Barry Smith son muchísimo mejores que todo lo que he leído de Gaiman.
La cosa del pantano, por el contrario, cada vez iba a mejor. Según cómo estén editados los tomos que parece que piensan sacar para continuarla, y según la posición que ocupe en la nueva lista de prioridades, ya me pensaré si sigo o no.
Eso por lo que toca a Planeta, que no es poco. De Panini sólo sigo Daredevil y, hasta ahora, Civil War. Lo de Daredevil es increíble: van a cumplirse diez años desde el inicio del nuevo volumen, con un nivel medio-alto de calidad en las historias... ¡y sigue subiendo!
Es posible que pruebe alguna de las novedades en grapa de los próximos meses, pero no siento ningún interés hacia los tomos de Panini. Desde que concluyó X-Statix, sólo ha caído uno de Hulk y dos de Hulka. No es sólo que las encuadernaciones no me inspiren mucha confianza: tampoco las historias me atraen. ¿Y qué quieres que te diga? Si tengo diez euros para gastarme en tebeos me compraré otro volumen de Rip Kirby, o uno de los baratos de Joe Sacco, o uno de Crumb, o un par de números que me falten de las bibliotecas de Marvel o EC, o... Hay tantas opciones antes que comprar, por ejemplo, uno de los tomos que vi de Iron Man, que sí, que estaban bien dibujados, pero que yo para "probar" me pillo un comic book de 2 euros, no un tomo de 10.
Otra cosa. Yo vivo en provincias y por suerte aquí no llegan esos engendros, pero ¿quién compra las ediciones especiales de Panini? Sé que existen por una riña entre distribuidoras, pero no me explico cómo cualquiera que siga un título puede preferir tener todos los números de la colección con dos franjas rojas y con una portada que no se corresponde con la original, que en ocasiones ni siquiera es una portada alternativa que saliera en EEUU, y que la mayoría de las veces es peor que la de la edición normal. Yo lo tengo claro: en mi casa no entra un "edición especial".
Ya está, creo. Buscaba el tercer tomo de la historia del cómic de Panini, pero todavía no ha salido, así que volví a casa con El gato Fritz de Crumb y un tomo del Thor de Gerry Conway y John Buscema, todavía de las Bibliotecas Marvel de Forum.
EPÍLOGO: al día siguiente pasé por una librería de aquí y me detuve a hojear el tomo de Batman: The Cult. Me sorprendieron las palabras resaltadas en negrita, el tipo de rotulación y lo bien editado que estaba en general. Vi los créditos editoriales y claro, no podía ser de otra manera: el volumen corresponde a la primera hornada de DC de Planeta, de hace dos años y medio, cuando aún conservaba el equipo de Forum. Qué triste que se haya perdido todo aquel conocimiento y saber hacer.