Martes mañana
Pasadas las 10 me planto en el despacho de una de las secretarias de la facultad de Media de la Hochschule Darmstadt en Dieburg, con la intención de recoger mi certificado de notas del Wintersemester... que acabó en febrero.
Pues bien, no lo tiene todavía. La mujer volvió ayer de vacaciones y se ha encontrado su mesa llena de papeles de notas que tiene que pasar al ordenador para colgar en Internet (pobrecita). Le pregunto dónde cuelgan las notas. En el Blackboard, dice. Le digo que yo he buscado pero no las he encontrado por ningún sitio. Eso es porque las tuyas no están colgadas, que eres un guest student. ¿Y a qué esperas para subir las mías? Es que de ti sólo me han pasado dos notas, y por dos notas yo no las subo ni hago certificado. Además, antes tengo que pasar las notas de los de cuarto, que ya han acabado su proyecto y la carrera y las necesitan con más urgencia.
Le hago repetir todo varias veces porque no me lo acabo de creer. Me despido, cierro la puerta y miro al techo. Increíble.
Martes tarde
Por fin, me pongo a reparar pinchazos de bicicleta. Reventé la válvula de la rueda de delante de la bici de Irene al intentar hincharla hace semanas, y la noche del pasado jueves pinché la trasera de la mía delante del Schlosskeller, al pasar por encima de una botella de cerveza rota. El Schlosskeller, ese lugar donde uno deja pasar una oportunidad por no atreverse a tocar a chicas. Pero intentemos olvidar ahora ese episodio. Dejémoslo sólo aquí para la posteridad, para autoflagelación, por si algún día aprendo.
Por fin, esta tarde, me pongo a reparar pinchazos de bicicleta. Empiezo con la mía, que sé que sólo tiene un pinchazo, y parchear es mecánico. No tardo mucho en arreglarla. La rueda de Irene está, como imaginaba, rota. El problema es de la válvula, así que no puedo salvar la cámara. Hace unos días, preparando el de hoy, cogí dos cámaras pinchadas de un mini cementerio de bicis. Me ha costado separar la rueda del cuadro (es una bici muy rara), y me ha costado más volver a meter la cámara dentro de la llanta (me he ayudado con un cortaúñas), pero entremedias he parcheado la cámara encontrada y he acabado reparando todo lo previsto.
Siempre hay un pero. En mi ambición, he querido hinchar la rueda trasera de la bici de Irene, pensando que lo resistiría (eso parecía), pero el resultado ha sido el mismo que la otra vez. Total, arreglo la de delante y rompo la de atrás. Quería tener las dos listas para cuando viniera mi amigo Aitor (de nombre real, Juan; larga historia) a visitarme el jueves, y al final me veré ese día también desmontando una rueda trasera, para poner, si no encuentro nada antes, una cámara nueva.
Martes noche
Reunión de pasillo para la fiesta del viernes. El año pasado se gastaron 600 euros en alcohol. Yo venderé cócteles. No digo más.
3 comentaris:
¿Que leen mis ojos?. A esa pobrecita habia que loctitearla a la silla, que total por dos notas, precisamente, no le van a retrasar demasiado en su irresponsable urgencia... Increible, si.
madre mia Jordi vendiendo cócteles... que alguien prepare el libro de recetas!
Hola Jordi!
Soy Toni, el amigo de Josep Y Pau (5 ºC.A.U)
Ocurrente título el de este post, me gustan los juegos de palabras :)
Vaya chasco con el certificado de notas... mucha insistencia en homologar los estudios universitarios en toda europa pero a la hora de la verdad la burocracia es casi siempre una barrera absurda.
Un saludo.
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