divendres, de juny 02, 2006

PUES A ESTO ME DEDICO

El número de actualizaciones de este blog durante el pasado mes indica que tengo pocas ganas de escribir. No sólo eso, yo aún diría más (Dupont y Dupont dixit), tengo pocas ganas de escribir nada divertido. Pero así no se soluciona nada: la inacción provoca más inacción. Y la inacción conduce, claro está, a hacer más bien poco. La inacción, además, sumada a asuntos pendientes, lleva a no avanzar en absoluto. Que es, digamos, lo que ha ocurrido por estos lares.

Dani me formateó el portátil hace un par de semanas y media. Nombraremos a esa fecha en el calendario (15 de mayo) como el punto cero de la cronología del cambio gradual deseado hacia una vida plena de actividad y provecho. El día anterior intenté formatear e instalar el XP por mí mismo, pero el portátil se rió en mi cara y lo abandoné apagado y desconectado del mundo en la soledad de mi habitación, en revancha por tamaño oprobio.

Los días anteriores, o la semana y pico anterior, para ser exactos, me dediqué a grabar los archivos del portátil en dvds. Estoy de acuerdo, una persona eficiente y provechosa esto te lo hace en una mañana, en un plis, pero eso, precisamente, es lo que yo no soy. Bueno, hubo una pequeña batalla de pistolas de agua por en medio que me entretuvo una tarde. Un imprevisto como cualquier otro. Y los ordenadores, que... que vamos, que no me caen bien. Que... ¡que son unos tontos!

También había hecho empezar a rodar una serie de actividades que han cogido velocidad tras el formateo o Día de la Purificación. A saber: lectura de la Odisea de Homero (o de quién sea, tanto da; espero tenerlo acabado para primeros de la semana que viene); lectura de V for Vendetta, de Alan Moore y David Lloyd (acabado hace un par de noches); (re)lectura de Los géneros cinematográficos, de Rick Altman (volveré sobre él, me apasiona); lectura de Bienestar, autoestima y felicidad, de Raimon Gaja Jaumeandreu (me hace falta); visionado (sí, visionado) de la primera temporada de 24 (qué serie más cojonuda, por el amor de dios), recomendada por Rodrigo, que se nos ha marchado hace poco más de 20 horas (ains); asistencia dos días por semana al Schwitz-fit, una especie (para que nos entendamos) de aeróbic, en el que durante una hora no paramos de movernos al ritmo de canciones que supongo deben ser famosas en su casa a la hora de comer, pero que yo sólo conozco de allí (bueno, el otro día empezaron con una de Nena; qué grande es Nena); y, también, y creo que no me dejo nada más, el alemán, que será lo único de provecho para mi expediente que conseguiré en Alemania.

Y con eso y un bizcocho, pues que ya está bien de no escribir, recojones. Aunque sean gilipuerteces.

A eso íbamos hace pocos días cuando me di cuenta de que no recordaba mi contraseña de blogger. ¡Hostia puta! Intentaba recordar pero ese apartado de mi mente estaba totalmente en blanco. Claro, un mes sin postear y un navegador que se encarga de recordar por mí las contraseñas, con un formateo entremedias y la concentración dedicada a Altman y Moore, me dirás. Vale, de acuerdo, lo confieso, también ocupo el tiempo mirando por la ventana, se me van los ojos y se me escurren las ideas. ¡Pero es que está tan buena! Y aquella otra rubita que tomaba el solecico en los días que tuvimos solecico (vamos para las dos semanas de lluvia, señores), también. Y eso, a ver si vuelve ya el solecico, que es por lo único que lo echo en falta. Que a mí la lluvia en junio no me molesta, lo que me molesta es que se tapen. Y que bajen la persiana, eso también.

PD: ¡Ah, la contraseña! Esta tarde estaba escribiendo combinaciones alfanuméricas sobre un papelajo para idearme otra y he dado con la que tenía siguiendo el procedimiento que uso para crear contraseñas. Sigo con la misma.

1 comentari:

Anònim ha dit...

Pero bueno, tu crees queeso puedes ser! dejar el blog tan solito y a sus lectores abandonados por cuatro tonterias de nada! Espero que lo actualices todos los dias, como un ejercicio mas de autocinfianza en ti mismo (que palabreja, no me la creo ni yo)Muchos saludos desde la tierra del calor total, 40 grados a la sombra y las chicas muy despejadas de ropa.