A lo tonto a lo tonto ya hemos empezado otro año y yo todavía ando repasando las lecturas de los últimos cinco meses. Rematemos ya el asunto:
21. La aznaridad. Manuel Vázquez Montalbán, 2003. [Diario Público. Madrid: 2009]. Lo primero que leo de Montalbán. Es una crónica de la presidencia de Aznar hasta 2003, fecha de publicación del libro y año de la muerte del escritor. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que a Montalbán no le caía demasiado bien Aznar; por eso me cae bien Montalbán. La lectura me ha servido para refrescar noticias de los años de instituto y primeros cursos de la universidad, y si bien me ha gustado, habría agradecido bastante referencias a fechas concretas en forma de notas a pie o una lista de artículos de prensa al final (como hace o le hacen a Chomsky).
22. Kirby: King of Comics. Mark Evanier, 2008. [Abrams. Nueva York: 2008]. Con esta biografía de Jack Kirby di por concluida el verano pasado la bibliografía leída para el proyecto de la carrera antes de entregar el trabajo. A pesar de estar escrita por Evanier, ayudante y amigo personal de Kirby en sus últimos 25 años de vida, no me aportó demasiada información novedosa, tal vez porque ya acumulaba la lectura de otros textos y entrevistas. De todas formas, lo importante de este libro no es la redacción en sí, sino las ilustraciones que la acompañan. Editado en cartoné y gran formato, incluye reproducciones tanto de originales de Kirby, a color y en blanco y negro, como de historietas completas. Por todo esto, Kirby: King of Comics es una delicatessen visual. Existe edición española a cargo de Rossell, igual de cuidada que la americana pero no sé yo si igual de recomendable: cuesta 50 euros y a mí me consiguieron mi copia en Londres por menos de 20.
23. El rojo emblema del valor. Stephen Crane, 1895. [Diario El País. Madrid: 2004]. Crane tenía menos de 24 cuando escribió esta novela, dato nada sorprendente viniendo de alguien que murió a los 28 tras una vida intensa como periodista y corresponsal. Llama la atención que sólo los personajes, y nunca el narrador (hasta donde recuerdo y he sido capaz de comprobar con un rápido repaso), usen sus nombres propios (el de pila o el apellido) para referirse entre ellos. El protagonista, el soldado Henry Fleming es, hasta la última página, «el muchacho». Aparte de esto, lo que más me sorprendió es el detalle con el que Crane describe los diferentes estadios de una batalla. Tal vez sea una batalla cualquiera de ubicación desconocida; tampoco es decisiva, pero es la que experimentan los personajes de la historia, una batalla en la que mueren o a la que sobreviven, y para ellos, por irrelevante que sea en la guerra, es importante porque puede que sea la única en la que luchen jamás.
24. Tatuaje. Manuel Vázquez Montalbán, 1976. [Diario Público. Madrid: 2009]. Otro libro que cae de Montalbán gracias a la colección de Público. En este caso opté por la segunda aventura de la serie de Pepe Carvalho. Es una novela negra corta y conseguida, sin más pretensiones que escribir novela negra ambientada en España y con personajes de aquí. Es muy fácil que el año que viene hinque los ojos en otra historia de Carvalho.
25. Muerte en el seminario. P. D. James, 2001. [Círculo de lectores. Barcelona: 2002]. Hacía años que no leía ningún caso del detective Adam Dalgliesh, y mi reencuentro con P. D. James ha sido toda una delicia. No es porque compartamos cumpleaños, pero Mrs. James fue mi escritora preferida durante la adolescencia, y todavía disfruto leyéndola.
26. Crossing the Rubicon. The Decline of the American Empire at the End of the Age of Oil. Michael C. Ruppert, 2004. [New Society Publishers. Gabriola Island, Canadá: 2006]. Un tomaco de 600 páginas sobre los atentados del 11 de septiembre como crímenes de estado que buscaban justificar la invasión de Oriente Medio para controlar las reservas de petróleo. Contrapone hechos documentados a mentiras y contradicciones. Hasta donde se puede demostrar, es un estudio muy bien argumentado. Sigo el tema desde 2006 y sí, estoy con Ruppert. Otro libro para releer, subrayar y estudiar.
27. El regreso de Don Quijote. G. K. Chesterton, 1927. [Valdemar. Madrid: 2005]. Mi encuentro anual con Chesterton. Creo que ésta me ha resultado su novela más extraña. Empieza con unos que parecen los protagonistas y más adelante se le presta mucha atención a otro personaje. De todas maneras, poco importa en sí la trama. Para quienes gustamos de Chesterton, lo principal es volver a saborear esas situaciones que huelen a él.
28. En torno a los orígenes de la revolución industrial. Eric Hobsbawm. [Siglo XXI. Madrid: 1988]. Sí, lo sé: mi memoria da asco. No sólo eso: también mi capacidad de atención y de elaborar un discurso coherente. Sé que disfruté muchísimo con la lectura de este ensayo. Que se leía muy bien y que tardé poco en acabarlo. Incluso una vez, poco después de leerlo, fui capaz de contar a una amiga algunos de sus detalles. Ocurrió hace dos meses. Ahora, sin embargo, no recuerdo nada relativo a la crisis del siglo XVII que describe Hobsbawm.
29. Historia de la filosofía oculta. Sarane Alexandrian, 1983. [Valdemar. Madrid: 2003]. Es cierto: el primer capítulo está repleto de datos y nombres desconocidos y casi no pillé ni una. Sin embargo, como lector curtido, esto no me desanimó; continué leyendo y obtuve mi recompensa. Abundan historias interesantísimas sobre la evolución paralela de la filosofía oculta con la medicina y las creencias religiosas. Me han resultado especialmente llamativos los apartados relativos a las persecuciones de «brujas».
30. ¿En qué creen los que no creen? Un diálogo sobre la ética en el fin del mundo. Umberto Eco y Carlo Maria Martini, 1996. [Diario Público. Madrid: 2009]. Vamos a ver si me explico. Aunque está muy bien que exista este tipo de diálogos, me parece que parten de una base equivocada, en mi opinión. Este en concreto lo mantienen un convencido (Martini) y un ex-convencido (Eco) que todavía cree y respeta parte de la doctrina de la religión del primero. Si aceptamos como risible que alguien (esté loco o no) empiece a predicar que un gran Monstruo de Espagueti es el creador de todo lo visible y además ha inducido a otros a transcribir sus enseñanzas en unos textos «sagrados», no veo por qué debemos aceptar como «seria» una historia similar apoyada por una institución milenaria criminal. Esto es: que lo que no merece respeto ni consideración alguna no se puede respetar ni considerar. En resumen, que habría agradecido, en tanto que representante de la postura contraria, que Eco le cantara las cuarenta a Martini.
31. El Manifiesto Comunista. Karl Marx y Friedrich Engels, 1848. [Diario Público. Madrid: 2009]. Recuerdo que nuestro profesor de Historia de COU nos advertía sobre los libros políticos, y desde entonces quedé convencido de que era peligroso leerlos a edades tempranas. Él se refería principalmente al Mein Kampf, claro, que aconsejaba robar para no financiar de ningún modo a los grupos nazis que lo editan; «por suerte», eso ya no es necesario debido a que existen copias en pdf. Han pasado más de diez años desde aquellas clases y ahora no he podido resistirme a esta edición del Manifiesto. Es una joyica. Me ha sorprendido sobre todo la vigencia del primer capítulo, «Burgueses y proletarios», sobre las estrategias e intenciones de los propietarios de los medios de producción. En el resto hay cosas que no me convencen, por supuesto, pero me parece un texto muy inteligente.
32. Orlando. Virginia Woolf, 1928. [Diario El País. Madrid: 2002]. Claro, cuando a uno le informan de que Orlando va de un tipo que vive cuatrocientos y pico años, primero como hombre y después como mujer, pues, no sé, yo me había imaginado algo más fantástico, la historia de alguien que, cada cierto tiempo, debe empezar de cero en otro lugar y con un nuevo nombre para que la gente no note que no envejece. Pues va y resulta que no, que como quien no quiere la cosa, la Woolf te endosa una original reflexión sobre el paso del tiempo y la impresión subjetiva que del mismo tenemos cada uno. Que lo de que vive cuatro o cinco siglos y cambia de sexo es cierto, pero aunque la novela cuente eso también, en realidad no va de eso. Una chica lista, esta Virginia.
33. Guerra y paz en el siglo XXI. Eric Hobsbawm, 2006. [Diario Público. Madrid: 2009]. Parece mentira, pero hay tipos listos que lo son hasta con 92 años. Este libro es una colección de artículos y conferencias que Hobsbawm ha ido redactando en los últimos años sobre un par de temas relevantes en el mundo de hoy y el de mañana: la globalización y el imperio estadounidense. Hobsbawm no sólo ha vivido casi todo el siglo XX, también lo ha estudiado y ha hecho lo mismo con los precedentes, lo que le lleva a señalar que las guerras de hoy no tienen reglas: no luchan y mueren solo soldados, no terminan con la rendición del adversario. También conoce bien el caso del Imperio Británico, con el que el imperialismo actual poco o nada tiene que ver. Al respecto, es curioso que la profesionalización de los ejércitos corra pareja del auge del capitalismo y la pérdida del patriotismo: Hobsbawm apunta que los hombres y mujeres de hoy son capaces de morir y matar por dinero, pero ya no por el estado-nación. Lo dicho, un librito la mar de interesante y esclarecedor que incluye reflexiones acerca del aumento de la violencia, del peligro del uso de la «guerra contra el terror» como política y de la devaluación de la democracia (así como de su difícil o imposible exportación). Acabo ya con una cita sobre esto último: «[los] expertos en relaciones públicas [de los gobernantes] les indican que ha de vérselos gobernando constantemente, y esto, como sabemos por la historia británica de finales del siglo XX, multiplica los gestos, las declaraciones y, a veces, las legislaciones innecesarias» [p. 140].
34. El origen de las especies. Charles Darwin, 1859-1872. [Alianza Editorial. Madrid: 2007]. Una lectura apasionante. Leyéndolo uno se da cuenta de que cualquier elogio que pueda formularse a esta obra y a su autor se queda corto. No sólo está muy bien explicado y estructurado, sino que se nota la prudencia de Darwin a la hora de ir presentando poco a poco las diferentes pruebas en favor de su idea a un público, el de 1859, que bien podía haberle linchado por publicarla. Altamente indispensable.
Mmm... creo que me quedaría componer un repaso general a todos estos títulos, a modo de síntesis. Otro día.
21. La aznaridad. Manuel Vázquez Montalbán, 2003. [Diario Público. Madrid: 2009]. Lo primero que leo de Montalbán. Es una crónica de la presidencia de Aznar hasta 2003, fecha de publicación del libro y año de la muerte del escritor. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que a Montalbán no le caía demasiado bien Aznar; por eso me cae bien Montalbán. La lectura me ha servido para refrescar noticias de los años de instituto y primeros cursos de la universidad, y si bien me ha gustado, habría agradecido bastante referencias a fechas concretas en forma de notas a pie o una lista de artículos de prensa al final (como hace o le hacen a Chomsky).
22. Kirby: King of Comics. Mark Evanier, 2008. [Abrams. Nueva York: 2008]. Con esta biografía de Jack Kirby di por concluida el verano pasado la bibliografía leída para el proyecto de la carrera antes de entregar el trabajo. A pesar de estar escrita por Evanier, ayudante y amigo personal de Kirby en sus últimos 25 años de vida, no me aportó demasiada información novedosa, tal vez porque ya acumulaba la lectura de otros textos y entrevistas. De todas formas, lo importante de este libro no es la redacción en sí, sino las ilustraciones que la acompañan. Editado en cartoné y gran formato, incluye reproducciones tanto de originales de Kirby, a color y en blanco y negro, como de historietas completas. Por todo esto, Kirby: King of Comics es una delicatessen visual. Existe edición española a cargo de Rossell, igual de cuidada que la americana pero no sé yo si igual de recomendable: cuesta 50 euros y a mí me consiguieron mi copia en Londres por menos de 20.
23. El rojo emblema del valor. Stephen Crane, 1895. [Diario El País. Madrid: 2004]. Crane tenía menos de 24 cuando escribió esta novela, dato nada sorprendente viniendo de alguien que murió a los 28 tras una vida intensa como periodista y corresponsal. Llama la atención que sólo los personajes, y nunca el narrador (hasta donde recuerdo y he sido capaz de comprobar con un rápido repaso), usen sus nombres propios (el de pila o el apellido) para referirse entre ellos. El protagonista, el soldado Henry Fleming es, hasta la última página, «el muchacho». Aparte de esto, lo que más me sorprendió es el detalle con el que Crane describe los diferentes estadios de una batalla. Tal vez sea una batalla cualquiera de ubicación desconocida; tampoco es decisiva, pero es la que experimentan los personajes de la historia, una batalla en la que mueren o a la que sobreviven, y para ellos, por irrelevante que sea en la guerra, es importante porque puede que sea la única en la que luchen jamás.
24. Tatuaje. Manuel Vázquez Montalbán, 1976. [Diario Público. Madrid: 2009]. Otro libro que cae de Montalbán gracias a la colección de Público. En este caso opté por la segunda aventura de la serie de Pepe Carvalho. Es una novela negra corta y conseguida, sin más pretensiones que escribir novela negra ambientada en España y con personajes de aquí. Es muy fácil que el año que viene hinque los ojos en otra historia de Carvalho.
25. Muerte en el seminario. P. D. James, 2001. [Círculo de lectores. Barcelona: 2002]. Hacía años que no leía ningún caso del detective Adam Dalgliesh, y mi reencuentro con P. D. James ha sido toda una delicia. No es porque compartamos cumpleaños, pero Mrs. James fue mi escritora preferida durante la adolescencia, y todavía disfruto leyéndola.
26. Crossing the Rubicon. The Decline of the American Empire at the End of the Age of Oil. Michael C. Ruppert, 2004. [New Society Publishers. Gabriola Island, Canadá: 2006]. Un tomaco de 600 páginas sobre los atentados del 11 de septiembre como crímenes de estado que buscaban justificar la invasión de Oriente Medio para controlar las reservas de petróleo. Contrapone hechos documentados a mentiras y contradicciones. Hasta donde se puede demostrar, es un estudio muy bien argumentado. Sigo el tema desde 2006 y sí, estoy con Ruppert. Otro libro para releer, subrayar y estudiar.
27. El regreso de Don Quijote. G. K. Chesterton, 1927. [Valdemar. Madrid: 2005]. Mi encuentro anual con Chesterton. Creo que ésta me ha resultado su novela más extraña. Empieza con unos que parecen los protagonistas y más adelante se le presta mucha atención a otro personaje. De todas maneras, poco importa en sí la trama. Para quienes gustamos de Chesterton, lo principal es volver a saborear esas situaciones que huelen a él.
28. En torno a los orígenes de la revolución industrial. Eric Hobsbawm. [Siglo XXI. Madrid: 1988]. Sí, lo sé: mi memoria da asco. No sólo eso: también mi capacidad de atención y de elaborar un discurso coherente. Sé que disfruté muchísimo con la lectura de este ensayo. Que se leía muy bien y que tardé poco en acabarlo. Incluso una vez, poco después de leerlo, fui capaz de contar a una amiga algunos de sus detalles. Ocurrió hace dos meses. Ahora, sin embargo, no recuerdo nada relativo a la crisis del siglo XVII que describe Hobsbawm.
29. Historia de la filosofía oculta. Sarane Alexandrian, 1983. [Valdemar. Madrid: 2003]. Es cierto: el primer capítulo está repleto de datos y nombres desconocidos y casi no pillé ni una. Sin embargo, como lector curtido, esto no me desanimó; continué leyendo y obtuve mi recompensa. Abundan historias interesantísimas sobre la evolución paralela de la filosofía oculta con la medicina y las creencias religiosas. Me han resultado especialmente llamativos los apartados relativos a las persecuciones de «brujas».
30. ¿En qué creen los que no creen? Un diálogo sobre la ética en el fin del mundo. Umberto Eco y Carlo Maria Martini, 1996. [Diario Público. Madrid: 2009]. Vamos a ver si me explico. Aunque está muy bien que exista este tipo de diálogos, me parece que parten de una base equivocada, en mi opinión. Este en concreto lo mantienen un convencido (Martini) y un ex-convencido (Eco) que todavía cree y respeta parte de la doctrina de la religión del primero. Si aceptamos como risible que alguien (esté loco o no) empiece a predicar que un gran Monstruo de Espagueti es el creador de todo lo visible y además ha inducido a otros a transcribir sus enseñanzas en unos textos «sagrados», no veo por qué debemos aceptar como «seria» una historia similar apoyada por una institución milenaria criminal. Esto es: que lo que no merece respeto ni consideración alguna no se puede respetar ni considerar. En resumen, que habría agradecido, en tanto que representante de la postura contraria, que Eco le cantara las cuarenta a Martini.
31. El Manifiesto Comunista. Karl Marx y Friedrich Engels, 1848. [Diario Público. Madrid: 2009]. Recuerdo que nuestro profesor de Historia de COU nos advertía sobre los libros políticos, y desde entonces quedé convencido de que era peligroso leerlos a edades tempranas. Él se refería principalmente al Mein Kampf, claro, que aconsejaba robar para no financiar de ningún modo a los grupos nazis que lo editan; «por suerte», eso ya no es necesario debido a que existen copias en pdf. Han pasado más de diez años desde aquellas clases y ahora no he podido resistirme a esta edición del Manifiesto. Es una joyica. Me ha sorprendido sobre todo la vigencia del primer capítulo, «Burgueses y proletarios», sobre las estrategias e intenciones de los propietarios de los medios de producción. En el resto hay cosas que no me convencen, por supuesto, pero me parece un texto muy inteligente.
32. Orlando. Virginia Woolf, 1928. [Diario El País. Madrid: 2002]. Claro, cuando a uno le informan de que Orlando va de un tipo que vive cuatrocientos y pico años, primero como hombre y después como mujer, pues, no sé, yo me había imaginado algo más fantástico, la historia de alguien que, cada cierto tiempo, debe empezar de cero en otro lugar y con un nuevo nombre para que la gente no note que no envejece. Pues va y resulta que no, que como quien no quiere la cosa, la Woolf te endosa una original reflexión sobre el paso del tiempo y la impresión subjetiva que del mismo tenemos cada uno. Que lo de que vive cuatro o cinco siglos y cambia de sexo es cierto, pero aunque la novela cuente eso también, en realidad no va de eso. Una chica lista, esta Virginia.
33. Guerra y paz en el siglo XXI. Eric Hobsbawm, 2006. [Diario Público. Madrid: 2009]. Parece mentira, pero hay tipos listos que lo son hasta con 92 años. Este libro es una colección de artículos y conferencias que Hobsbawm ha ido redactando en los últimos años sobre un par de temas relevantes en el mundo de hoy y el de mañana: la globalización y el imperio estadounidense. Hobsbawm no sólo ha vivido casi todo el siglo XX, también lo ha estudiado y ha hecho lo mismo con los precedentes, lo que le lleva a señalar que las guerras de hoy no tienen reglas: no luchan y mueren solo soldados, no terminan con la rendición del adversario. También conoce bien el caso del Imperio Británico, con el que el imperialismo actual poco o nada tiene que ver. Al respecto, es curioso que la profesionalización de los ejércitos corra pareja del auge del capitalismo y la pérdida del patriotismo: Hobsbawm apunta que los hombres y mujeres de hoy son capaces de morir y matar por dinero, pero ya no por el estado-nación. Lo dicho, un librito la mar de interesante y esclarecedor que incluye reflexiones acerca del aumento de la violencia, del peligro del uso de la «guerra contra el terror» como política y de la devaluación de la democracia (así como de su difícil o imposible exportación). Acabo ya con una cita sobre esto último: «[los] expertos en relaciones públicas [de los gobernantes] les indican que ha de vérselos gobernando constantemente, y esto, como sabemos por la historia británica de finales del siglo XX, multiplica los gestos, las declaraciones y, a veces, las legislaciones innecesarias» [p. 140].
34. El origen de las especies. Charles Darwin, 1859-1872. [Alianza Editorial. Madrid: 2007]. Una lectura apasionante. Leyéndolo uno se da cuenta de que cualquier elogio que pueda formularse a esta obra y a su autor se queda corto. No sólo está muy bien explicado y estructurado, sino que se nota la prudencia de Darwin a la hora de ir presentando poco a poco las diferentes pruebas en favor de su idea a un público, el de 1859, que bien podía haberle linchado por publicarla. Altamente indispensable.
Mmm... creo que me quedaría componer un repaso general a todos estos títulos, a modo de síntesis. Otro día.
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