«El Doctor Muerte ha conseguido un circuito impreso de la estructura atómica y molecular de nuestros cuerpos. Por lo que ni yo, Reed Richards, también conocido como Míster Fantástico, ni tú, Susan Storm, apodada como la Chica Invisible, ni tú, Johnny, la actual Antorcha Humana...
«...podremos acercarnos a la fortaleza volante de Muerte para rescatar a Alicia Masters, escultora ciega e hijastra del Amo de Marionetas. Si lo intentáramos, seríamos reconocidos y neutralizados por sus sistemas defensivos. Nuestra única esperanza recae, por tanto, sobre ti, Benjamin Jacob Grimm, veterano, como yo, de la Segunda Guerra Mundial, y cuya radiante personalidad yace bajo esa corteza rocosa que mi imprudencia y los rayos cósmicos tuvieron a bien proporcionarte. Un físico por el que Susan te bautizó, tras sobrevivir al accidente por el que obtuvimos nuestros poderes, como la Cosa. Ben, amigo, compañero, me veo obligado una vez más por las circunstancias a retornarte durante unos minutos tu aspecto humano, una afición que he albergado últimamente y de la que todos habéis sido testigos. Sorbe, pues, este brebaje para que contemplemos una vez más tu mutación de Cosa a hombre. Entretennos... y salva a Alicia, que por algo es tu novia.
«Eso sí. No te detengas a pensar demasiado en el artilugio que he construido para despistar al radar del Doctor Muerte.
«Sé que será difícil, pero procura concentrarte en la misión».
«Reed, ¿dónde cóño me has metido esta vez?»
No, Ben, la pregunta es otra: Kirby, Kirby... ¿qué estaban echando en la tele esa tarde de 1963?
[viñetas extraídas de The Fantastic Four #17, agosto 1963]