¡Cinto de Ishtar! ¿De verdad llevo dos meses sin acercarme por aquí? Aunque técnicamente posteé en abril, lo cierto es que fue a principios y mayo ya se está acabando. Por suerte, poco a poco voy rematando el trabajo acumulado y, hoy al menos, puedo sentarme un rato y teclear otra cosa. Esto. No es un gran tema, pero hace meses que quería escribir algo sobre él y, además, crece con cada semana que pasa.
Lo he dicho muchas veces: de series abiertas, solo sigo Daredevil mes a mes. Y así vuelve a ser. Pero entre diciembre y marzo fui uno de los pocos que compraban, leían y se reían con la última edición de Shin-Chan publicada por Planeta. Una edición maravillosa, por cierto: sentido oriental de lectura, tomitos pequeñitos y un precio increíble: 2,95 euros por 120 páginas. Muchísimo mejor que las anteriores. Porque hubo varias.
¿Dónde estábais en 1996? Ese verano Planeta sacó un manga en un formato, entonces y ahora, muy extraño para manga: tomitos apaisados en rústica, el habitual de las tiras diarias. Cuando lo vi en el quiosco, recuerdo que pensé: «¡Hala! ¡Tiras diarias japonesas!» ---entonces todavía no sabía que las tiras de los diarios japoneses se publican en formato vertical, con un sentido de lectura de arriba a abajo.
Tampoco sabía que, en realidad, no eran tiras diarias japonesas. Ignoraba que eran historietas de tres páginas cuyas viñetas habían sido remontadas como si fueran tiras diarias para vender el tebeo a nosotros, pobres occidentales todavía sin Internet, como si fuera un recopilatorio de tiras diarias japonesas. Que no lo era, claro. Sin embargo, yo me olí algo. Cada «tira» de aquellos tomitos apaisados constaba solo de dos o tres viñetas y no se parecía en nada a cualquier tira que yo hubiera leído. Las historias seguían, sí, de una tira a la siguiente, como ocurre a veces, pero estas «tiras» carecían de unidad y, sobre todo, de gag en la última viñeta de la tira. Normal, no eran tiras. Yo no lo sabía, e imaginé que, tal vez, quién sabe, a lo mejor eran páginas dominicales muy largas y remontadas como aquí se remontan las viñetas de las páginas dominicales para intercalarlas entre las tiras diarias en un recopilatorio de tiras diarias. Tampoco eran páginas dominicales: eran historietas de tres páginas.
La serie de 1996 solo duró tres números. Nadie conocía a Shin-Chan. Hasta el boom de 2001. Animada por el éxito de la serie en las televisiones autonómicas, Planeta relanzó Shin-Chan por todo lo grande, en castellano y catalán, en unos tomos verticales enormes en rústica, de proporciones similares al álbum europeo y bajo el paraguas de una nueva línea editorial bautizada «Colección de risa» (creada a propósito y que no sirvió para nada más, creo). Por alguna misteriosa razón, alguien continuaba interesado en no vender Shin-Chan como un manga. Pero bueno, a mí me gustaba Shin-Chan, piqué con algunos números y, como podía elegir, los compré en catalán. No muchos, solo los cinco primeros. Detestaba aquel formato gigante sacado de la nada. ¿Pero a quién se le ocurre editar un manga así? Y encima un manga como Shin-Chan, que no se caracteriza por un trazo denso ni detallista. ¡Diablos de Crom! ¡Si casi no hay fondos y los personajes son cuatro líneas y una mancha! Pero bueno. Dejé de comprar más números, resolví que no iba a convertir aquella edición en un problema de espacio y seguí esperando.
Hasta el pasado diciembre, cuando conseguí el primer número de la edición de mis amores. Pequeña y más barata que cualquier otro manga. No solo era barata en sí: ha sido la más barata de todas las anteriores. Me puse a comparar y solo el primer tomo recogía íntegros los tres publicados en 1996. Esto es: ¡por 2,95 euros de 2008 uno podía conseguir lo mismo que en 1996 por 1485 pesetas! ¡Tres veces más barato! Es más, por 2,95 euros de 2009 uno puede conseguir los mismos contenidos que en 2002 vendían por 6 euros, porque cada tomito nuevo incluye dos números de la edición gigante. ¿No es maravilloso? ¿No es para estar ilusionado?
Tan encantado estaba leyendo a Shin-Chan cada dos semanas que no lo vi venir. No vi venir, de hecho, el número 11, que todavía no ha sido distribuido. El ritmo quincenal funcionó hasta finales de marzo, hace más de dos meses. Algo terrible debió ocurrir entonces en Planeta, porque:
- los números 11 y 12 estaban anunciados en la página web en abril (ahora solo el 11).
- no hay manera de pillarse los dedos con un título que lleva casi 20 años en Japón.
- ya tenían la traducción de Marc Bernabé de la anterior edición.
Pregunta: ¿el tomo 11 de Shin Chan para cuándo tiene prevista su salida? ¿Ya debería de haber salido, no?
Respuesta: 11 en junio.
También habla de un problema de licencias. Bueno, junio es esta semana que viene. Ya veremos.